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jueves, 25 de julio de 2013

EFEMÉRIDES RIOJANAS DEL 25 DE JULIO

En el año 1976, el Laico Wenceslao Pedernera, fue asesinado en su propia casa, en Sañogasta, departamento Chilecito: Campesino que estudió hasta tercer grado, obrero golondrina en los viñedos de Mendoza, organizador del movimiento rural católico, colaborador del obispo Enrique Angelelli. Pedernera fue asesinado por cuatro encapuchados en su casa de Sañogasta el 25 de julio de 1976. Le pegaron veinte balazos delante de su mujer, Coca, y sus hijas María Rosa, Susana y Estela.
Wenceslao Pedernera nació el 28 de septiembre de 1936 en Los Jagüeles, La Calera, provincia de San Luis. Tuvo dos hermanos y una hermana. Se cruzó en la vida de "Coca" cuando él tenía 25 años, en Mendoza, adonde llegó junto con otro grupo de trabajadores que se dedicaban a enmaderar las viñas. El padre de "Coca" por ese entonces estaba a cargo de 22 hectáreas que pertenecían a un italiano de apellido Gargantini propietario también de numerosos viñedos.

Coca y Wenceslao se conocieron en junio de 1961 y debido a que el padre de ella no autorizaba el noviazgo, deciden casarse el 24 de marzo de 1962, en Mendoza, en la iglesia San Isidro Labrador, ubicada en Rivadavia, al este de Mendoza.


LA FAMILIA LLEGA A LA RIOJA

En junio del 73 Wenceslao, Coca y las tres hijas de ambos, llegaron finalmente a La Rioja, para instalarse en Anguinán donde Wenceslao realizaba trabajos para una finca. Luego se trasladaron a Sañogasta y de ahí a la parcela "La Buena Estrella" que compartieron con los sacerdotes Sifré, Di Marco y Gonzalo Llorente. "De la parcela nos volvimos porque yo no aguante más, nos levantábamos a las cinco de la mañana y era muy sacrificado estar lejos trabajando. Yo en Anguinán había visto una pobreza muy grande con casitas hechas de cartón y cortinas de género. Se me paralizó la mitad del cuerpo cuando me choqué con eso porque yo había vivido y sufrido la pobreza de cerca, cuando fui niña".

"Una francesa que se llamaba Magdalena había comprado 221 hectáreas en Sañogasta y quería formar una cooperativa de trabajadores. Algunos aceptaron porque les pagaban, otros no aceptaron porque leíamos el evangelio los fines de semana y después nos reuníamos a comentar y opinar sobre lo que habíamos leído, por eso nos tomaron por comunistas y extremistas porque no habían visto nunca que se hiciera eso.

Otros en cambio siguieron con nosotros, nos acompañaron bien, se nos vendía el agua de riego, pero después eso quedó en la nada".

"Trabajando en la cooperativa que se estaba formando es cuando fallece Wenceslao, se dispersó todo entonces. Yo me fui a Mendoza con mis hijas y cuando volví, despues de algunos meses, había perdido todo. Por las lluvias se inundó toda la casa, no me quedó nada".

ASÍ NADA MÁS

La madrugada del 25 de julio de 1976 cuando la familia Pedernera dormía golpearon la puerta y Wenceslao se levantó a abrirles a quienes ahí mismo le dispararon.

"Que me fuera a Mendoza con las chicas, que no volviera nunca más a La Rioja y que no ponga nunca más un pie en esta casa, fue lo último que me dijo", recordó Coca y finalizó la frase lamentándose de que "fue algo que jamás pude hacer porque no conseguí donde irme en Mendoza".

De esa noche siguió recordando: "junto con un vecino que me ayudó cargamos a Wenceslao y mis hijas en una camioneta y así llegamos al hospital de Chilecito que estaba rodeada de policías y gendarmería. Mientras a él lo atienden a mi me encierran en una pieza para tomarme declaración pero nunca me dijeron quiénes eran. Mis hijas estaban detenidas en otra pieza, Gendarmería y policías por todos lados. Cuando les cuento qué había pasado me dijeron `nosotros buscábamos al cura Andrés y al cura Paco` (en refrencia a Paco Dalterochi y Andrés Serieye, sacerdotes franceses). "Me dijeron eso, así nada más, fríamente", recordó.

Así nada más nacía el recuerdo de Wenceslao Pedernera, un hombre que era de poco hablar pero de mucho trabajar, apasionado por las labores de la tierra y por brindar sus servicios a quien pidiera.

También en esta causa los principales implicados son Luciano Benjamín Menéndez y Osvaldo Pérez Bataglia, que coordinaban la represión ilegal en La Rioja.

Wenceslao Pedernera, fue obrero golondrina en los viñedos de Mendoza y organizador del Movimiento Rural Católico. Atraído por la pastoral del obispo Enrique Angelelli, llegó a La Rioja. 


1862 - El gobierno riojano, como consecuencia de la firma del tratado de La Banderita dispone que los ciudadanos en armas entreguen las mismas bajo supervisión de Peñaloza. En capital e interior debían entregar las armas so pena de no recibir los beneficios de la paz firmada. Peñaloza podría retener sus armas y las de sus seguidores de la Costa Alta de los Llanos, debiendo elevar un estado detallado de las armas al gobierno. Los efectos del tratado de, La Banderita fueron efímeros, pues ninguna de las partes respetó su espíritu y antes por el contrario la desconfianza mutua y las mil transgresiones a sus artículos hicieron que a poco andar el estado de guerra civil continuara con toda virulencia. (MBT)

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