Cada 14 de junio se celebra en
todo el mundo el Día Mundial del Donante de Sangre. Este Día sirve para
concienciar sobre la necesidad de disponer de sangre y productos sanguíneos
seguros y para agradecer a quienes donan sangre de forma voluntaria y no remunerada
su altruismo, que permite salvar vidas.
La transfusión de sangre y
productos sanguíneos contribuye a salvar millones de vidas cada año. Permite
aumentar la esperanza y la calidad de vida de pacientes con trastornos
potencialmente mortales, así como llevar a cabo complejos procedimientos
médicos y quirúrgicos. También desempeña un papel esencial en la atención
materna y perinatal, ya que permite salvar vidas.
Sin embargo, muchos países no
disponen de un suministro adecuado de sangre segura, y los servicios de sangre
se enfrentan al reto de conseguir suministros suficientes de sangre,
garantizando al mismo tiempo su calidad y seguridad.
Solo se puede asegurar un
suministro suficiente de sangre mediante donaciones periódicas efectuadas por
donantes voluntarios no remunerados. El objetivo de la OMS es que todos los
países obtengan sus suministros de sangre de donantes voluntarios no
remunerados de aquí a 2012. En la actualidad, sólo 62 países consiguen, en un
porcentaje cercano al 100%, sus suministros nacionales de sangre a partir de
donaciones voluntarias no remuneradas, mientras que 40 países siguen
dependiendo de donantes familiares e incluso de donantes remunerados.
Cada donación de sangre es un
regalo de vida
Este año, en el que se celebra el
10º aniversario del Día Mundial del Donante de Sangre, el lema de la campaña es
que la donación de sangre es un regalo que salva vidas. La OMS anima a todos
los países a contar historias de personas que hayan salvado la vida gracias a
la donación de sangre, con el fin de motivar a los donantes de sangre
habituales a seguir donando y a las personas que gocen de buena salud y que
nunca hayan donado sangre, en especial los jóvenes, a que empiecen a hacerlo.
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