Adriana no es sólo eso
Con motivo de celebrarse este mes, el Día Internacional de la Mujer, la Cámara de Diputados a través de la Dirección de Extensión Cultural homenajea a mujeres de la Provincia. En esta nueva edición de Mujeres Para No Olvidar la profesora Linda Fragapani, se refirió a la escritora Adriana Petrigliano. (Diario El Independiente)
“Soy incapaz de leer poesía, siempre lo digo. Pero de verdad señalo que es una incapacidad, y me esfuerzo en disimularlo porque me da vergüenza; siento que como lectora tengo alguna parte mutilada y no me gusta. Cuando conocí a Adri recién se moría mi vieja, y ella me adoptó en su taller con toda mi valija de duelo mal hecha, aires de superación, textos ordinarios y pretenciosos. Inmediatamente sentí que quería estar al lado suyo, claro, escucharla ya era para bajar los humos y pensar. Pues eso, Adriana te hacía pensar en lo que hay afuera, lo que hay adentro: en vos mismo. Mi lazo con las ideas poéticas, con la fragilidad, con lo sutil, mi lazo conmigo misma fue escribir, y fue ella en ese entonces.
Pero Adri no es sólo eso. Más allá de sus libros, más allá de sus talleres y sus premios, Adri es una cuentista tremenda. Su prosa no deja de lado la mesura en las palabras, y me sorprendió encontrar en sus cuentos personajes morbosos, violentos y miserables, escenas crudas y difíciles de manejar para los que somos brutos con las letras.
Me sorprendió encontrar en Adri, en nuestras charlas, a una hija finalmente agradecida, a una mujer demasiado joven con sus bebés en brazos escapando de una heladera vacía, a una madre que dice haber aprendido de sus hijos, a una abuela que abraza la libertad de sus nietos, a una amiga que te hace un café y te escucha sin juicios. Adriana es brava, tuvo que aprender a serlo. Ella es una mujer grande, sin aires de grandeza.
Adriana nació en Buenos Aires y se vino a La Rioja por un verano, pero por una mezcla de capricho y coincidencias familiares no se fue más. Era adolescente. Mencionó alguna vez que acá conoció la libertad, los amigos, las historias de amor. Acá comenzó a sentir y a vivir, por eso sus letras nos representan tan bien. Adriana quiere seguir escribiendo y quiere viajar. Quiere seguir respirando el mundo de esa forma, convirtiendo la crudeza y el exabrupto en una foto, en un abrazo, en un par de palabras que quizá no lo curen todo, pero que lleguen y dejen algo para siempre, algo hermoso y reparador dentro de los que la queremos.”
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