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miércoles, 15 de marzo de 2017

EFEMÉRIDES RIOJANAS DEL 15 DE MARZO

1873 - En la fecha el gobierno decretaba que “debiendo precaver las desgracias posibles, en los desplomes continuos de casas o tapias en estado ruinoso” se nombraba una comisión compuesta de los arquitectos Antonio Faré y Miguel Falcón “para que procedan a estudiar el estado de los edificios que amenazan desplomarse”. No hacía una década (1863) Mendoza se había caído, en La Rioja eran frecuentes los temblores con el agravante de no construirse en condiciones de soportar los mismos. Aparte de no ser una ciudad en la que abundase la buena y calificada construcción,                                                                                       en La Rioja lo poco y bueno que tenía desapareció casi totalmente con el terremoto del ´94. De allí la significación del decreto de marras. Pues si realmente hubiera estado bien construida no tendríamos hoy en día solo dos obras de aquella época: el hoy Museo Folklórico y el Templo de Santo Domingo. En esta y parecidas circunstancias futuras la nación no contribuyó para nada para hacer de la capital una ciudad mejor construida y más segura y eso que ya en esa época habían comenzado a destinarse importantes fondos para otras obras como construcción de escuelas, caminos, etc.

1864 - Por ley número 98 queda nombrado gobernador propietario de la provincia por tres años el comandante Julio Campos. Le tocó una época difícil, pero prohijó escuelas, construcción de caminos y todos los adelantos posibles. Tuvo a su cargo realizar las levas e integrar los contingentes para ir a pelear a la guerra del Paraguay, enfrentándose al final de su gobierno a los alzamientos de Aurelio Salazar, Felipe Varela y otros en distintas acciones bélicas. Tras su retiro del gobierno desempeñó una rica y nutrida foja de servicios al país. Fue muerto al lado del monumento a Lavalle en las jornadas revolucionarias de 1890. A Campos integrante de una familia de militares le cupo realizar en La Rioja como interventor más que gobernador una labor enojosa como era la de armar los contingentes que acollarados (privados de libertad pues marchaban esposados y con cadenas) marcharían a los esteros paraguayos en la guerra fraticida contra esa nación, en La Rioja hubo alzamientos en contra de esto al igual que en el resto de las provincias argentinas. Lo más lamentable a comentar es que del importante contingente (500 hombres) del batallón riojano que marchó a la guerra muy pocos regresaron.    

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