Un largo derrotero de luchas y
conflictos precedió la autonomía riojana, para avanzar progresivamente en
procura de un federalismo que por años se convirtió en bandera inclaudicable
para lograr el crecimiento y desarrollo de su territorio.
Entre los acontecimientos m as
importantes sobresalen hechos que
sucedieron en enero de 1820
cuando llegaron a La Rioja, casi simultáneamente, las noticias del motín
de Arequito y del motín de Mendizábal en San Juan, y de la renuncia del
gobernador Manuel Antonio Castro, y de la elección del líder federal Díaz en
Córdoba.
Simultáneamente desaparecían el
Ejército del Norte y el de los Andes ―al menos, del lado occidental de la
Cordillera― y la inminente desaparición del Directorio. Esta se produjo
finalmente a mediados de febrero, después de la Batalla de Cepeda.
Antes de eso, el 24 de enero,
un oficial del Ejército del Norte, Francisco Villafañe, depuso al gobernador
directorial y pocos días después se nombró gobernador a Diego de Barrenechea;
el 1 de marzo, el cabildo eligió gobernador al general Francisco Ortiz de
Ocampo. Fue el primero de los gobernadores autónomos de la provincia.
Pero Ocampo hizo un gobierno
realmente muy poco hábil. No logró mediar entre los partidos en pugna, atacó a
los Dávila y, tras ser elevado al gobierno por los federales, se alejó de
ellos.
A mediados de abril de 1820 Córdoba reconoció
la autonomía de La Rioja
La Rioja se constituyó en
Provincia "bajo la forma federal proclamada por los demás pueblos
hermanos" y se define a la declaración de la autonomía riojana como
"un signo de los tiempos".
Como antecedente se recuerda
que en el año 1815, el gobernador de la provincia de Córdoba, coronel José
Javier Díaz, dirigió un movimiento que determinó la separación de la provincia
de la tutela de Buenos Aires. La Rioja imitó ese ejemplo, declarando su autonomía en el Cabildo Abierto
del 24 de Mayo de 1815 y se designó gobernador a Ramón Brizuela y Doria, hijo
del titular del mayorazgo del mismo nombre y al poco tiempo, apoyado por el
pueblo dio por terminada su dependencia del gobierno cordobés.
Esto duró poco, cuando el gobernador de
Córdoba José Javier Díaz fue reemplazado por Ambrosio Funes, restituyó a La
Rioja a su antigua dependencia de Córdoba el 15 de diciembre de 1817 y dejó sin
efecto aquella declaración, éste decidió
que La Rioja debía volver a depender de Córdoba.
El año 1820 comenzó con la
caída de las autoridades nacionales: el Director y el Congreso, que aspiraban a
desconocer las autonomías de las provincias. Se inició entonces un movimiento
general por el cual cada provincia decidió nombrar sus propias autoridades y
separarse de las demás.
El 1ero. de marzo de 1820 una
asamblea de los personajes más influyentes declaró la Autonomía de La Rioja y
fundó la Casa de la Moneda.
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