El tema elegido para este año
es “Agua y Desastres”. La celebración del Día Mundial del agua llama la
atención sobre la importancia del agua dulce y de la gestión sostenible de los
recursos acuíferos.
Es una oportunidad de aprender
más sobre temas relacionados con el agua, sirve de inspiración para compartir
los problemas relacionados con el agua y tomar medidas para cambiar la
situación. El Día se remonta a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 en la que se propuso declarar una fecha
dedicada a este asunto. La Asamblea General decidió designar el 22 de marzo de
1993 como el primer Día Mundial. Cada año, ONU-Agua, la entidad que coordina el
trabajo de la Organización sobre el agua y el saneamiento, establece un tema
para el Día correspondiente a un desafío actual o futuro.
La humanidad necesita agua
Una gota de agua es flexible. Una gota de agua es poderosa. Una gota de
agua es más necesaria que nunca.
El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos
hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la
reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad
ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento
inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de
personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y
energética, la salud humana y al medio ambiente.
En la actualidad más de 663 millones de personas viven sin suministro de
agua potable cerca de casa, lo que les obliga a pasar horas haciendo cola o
trasladándose a fuentes lejanas, así como a hacer frente a problemas de salud
debido al consumo de agua contaminada.
«¿Por qué desperdiciar agua?»
Este año, nos concentramos en el desperdicio del agua y en cómo reducir y
reutilizar hasta un 80% del agua que malgastamos en nuestras casas, ciudades,
industrias y agricultura y que fluye de vuelta a la naturaleza, contaminando el
medio ambiente y perdiendo nutrientes valiosos.
Necesitamos aumentar la recolección y tratamiento de las aguas residuales
y reciclarlas de una forma segura. Al mismo tiempo, necesitamos reducir la
cantidad de agua que contaminamos y malgastamos para ayudar a proteger el medio
ambiente y los recursos hídricos.
El Objetivo de Desarrollo número 6 Garantizar la disponibilidad de agua y
su gestión sostenible y el saneamiento para todos, incluye una meta de reducir
a la mitad la proporción de agua dilapidada y aumentar su reciclaje.
Datos destacados
Mundialmente, más del 80% de las aguas residuales que generamos vuelve a
los ecosistemas sin ser tratada ni reciclada.
1800 millones de personas usan una fuente de agua contaminada por
material fecal, poniéndolas en riesgo de contraer el cólera, la disentería, el
tifus o la polio. El agua no potable, y unas pobres infraestructuras
sanitarias, así como la falta de higiene, causa alrededor de 842 000 muertes al
año.
Las oportunidades de explotar las aguas residuales como un recurso son
enormes. El agua tratada de una forma segura es una fuente sostenible y
asequible de agua y energía, así como para obtener nutrientes y otros
materiales recuperables.
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