La
beneficencia puede contribuir a la promoción del diálogo, la solidaridad y la
comprensión mutua entre las personas. La beneficencia puede aliviar los peores
efectos de las crisis humanitarias, complementar los servicios públicos de
atención de la salud, la educación, la vivienda y la protección de la infancia.
En reconocimiento del papel de la caridad a la hora de mitigar el sufrimiento
humano, así como el de las organizaciones de beneficencia y el de los
particulares, la Asamblea General de las Naciones Unidas, decidió designar el 5
de septiembre, aniversario de la muerte de la Madre Teresa de Calcuta, Día Internacional
de la Beneficencia.
Santa Madre Teresa de Calcuta
(1910-1997)
Beatificada en octubre de 2003
por el Papa Juan Pablo II y Santificada el 4 de Septiembre de 2016 por el Papa
Francisco, la Madre Teresa fue albanesa de nacimiento y en el año 1948 adquirió
la ciudadanía hindú, compartiendo su vida en las calles de Calcuta con los más
pobres, los enfermos y los hambrientos.
La Madre Teresa fundó la
congregación llamada las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de
enseñar a leer a los niños pobres de la calle. En el año 1950, la Madre Teresa
empezó a ayudar a las personas enfermas de lepra. En el año 1965, el Papa Pablo
VI colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del
Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros
países. Desde entonces, por todo el mundo se abrieron centros para atender
leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y se fundaron
escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados.
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