Un día como hoy, en 1904, se
sancionaba en Argentina la Ley 4.349 de Jubilaciones para Empleados del Estado;
por ese motivo, cada 20 de setiembre se celebra el Día del Jubilado.
En la actualidad, 109 años
después de la sanción de esa normativa, datos del último censo del Instituto
Nacional de Estadística y Censos (INDEC) indican que el país, el 95 por ciento
de las personas mayores de 65 años tiene jubilación o pensión.Asimismo se
registra que el 75 por ciento de los adultos y adultas mayores cuenta con una
obra social; el 12 por ciento, con una medicina prepaga; y el 2 por ciento, con
planes de salud. También se destaca que el 85 por ciento de la población adulta
mayor reside en viviendas propias; el 86 por ciento habita en casa o
departamento; y el 55 por ciento vive en hogares unipersonales.
De igual forma, los datos
demuestran que el índice de institucionalización -residencias de larga estadía-
es bajo: sólo lo está el 1,5 por ciento, desterrando uno de los tantos
prejuicios que aún social y erróneamente siguen circulando acerca de la
vejez.En tanto, el 96 por ciento cuenta con redes de apoyo familiar. Y el 98
por ciento sabe leer y escribir.Desde la década del '70, Argentina comenzó a
evidenciar un envejecimiento de su población, dada la caída de las tasas de
natalidad y mortalidad y los movimientos migratorios.
Este proceso se acentúo y
consolidó en las décadas siguientes y se profundizará en las próximas.En el
censo de 2010 se registró que el 14,3 por ciento de la población argentina
tiene 60 años o más. Dentro de ese grupo, el 30,4 por ciento tiene 75 años y
más.
Mientras el 2,4 por ciento del total
de la población argentina tiene 80 años y más. La esperanza de vida al nacer
-proyecciones 2010-2015- es de 76 años para ambos sexos: 80 años para las
mujeres y 73 para los varones.
En este marco se indica que a los
60 años, la expectativa de vida es de 20 años para ambos sexos: 23 años para
las mujeres; 18 para los varones.
Asimismo se evidencia la
feminización de la vejez: en el grupo de personas de 60 a 64 años hay 88
hombres por cada 100 mujeres; de 65-69 años, 83 hombres por cada 100 mujeres;
de 70-74 años, 76 hombres por cada 100 mujeres; de 75-79 años, 67 hombres por
cada 100 mujeres; de 80-84 años, 55 hombres por cada 100 mujeres; de 85-89
años, 45 hombres por cada 100 mujeres; de 90-94 años, 35 hombres por cada 100
mujeres; de 95-99 años, 25 hombres por cada 100 mujeres; de 100 años y más, 29
hombres por cada 100 mujeres. Con esta revolución demográfica también somos
partícipes de nuevos modelos de vejez.
De esta forma, los adultos y
adultas mayores derrumban los modelos obsoletos de vejez que asociaban a esta
etapa del curso de vida con enfermedad, deterioro y atentaban contra un
envejecimiento activo y saludable y moldean otros, nuevos, modernos, en los
cuales se puedan sentir identificados
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