En el año 1854 El gobernador
Gómez nombraba Ministro General de Gobierno al ciudadano Nicolás Dávila.
Retornaba a la escena pública el glorioso jefe de la expedición riojana a
Copiapó de 1817 que las prolongadas guerras civiles habían llevado al
ostracismo.
En el año 1855 La legislatura en esa
fecha y mediante la ley Nº 21 y "considerando que la carencia de fondos
pecuniarios en la actualidad colocan al gobierno en una posición afligente que
embaraza la marcha pública de la administración", autorizaba al Poder Ejecutivo
de la provincia para que pueda negociar un empréstito voluntario que sería
satisfecho con los impuestos que podría recaudar posteriormente. En una
palabra: el gobierno saldría a pedir plata a quien voluntariamente quisiera
darle. Un lejano antecedente de una política que en términos generales tiene
hoy plena vigencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario