El homenaje surge cuando se filma la primera película argumental
argentina: “La Revolución de Mayo”, estrenada en el Teatro Ateneo, un 23 de
Mayo de 1909. Estaba dividida en 15 cuadros, de los cuales se conservan sólo 9,
cada uno de ellos precedido por un cartel. En el film se relatan los
acontecimientos del 25 de Mayo de 1810, y los sucesos de los días precedentes.
Esta no solamente es la primera película argumental argentina sino una de
las pocas que se conservan del período del cine mudo argentino.
Las películas argumentales llegan a nuestro cine gracias a la labor de un
inmigrante italiano que había arribado al país en 1905. Su nombre era Mario
Gallo, y antes dedicar su vida al cine se había desempeñado como director de
coros de un elenco de operetas y hasta como pianista de café. Gallo introduce
actores, decorados y guiones en sus realizaciones, alejándose del
documentalismo que predominaba en las producciones de la época. Sin embargo, se
comprobó que su primer filme es “La Revolución de Mayo” y no “El Fusilamiento
de Dorrego”, como se creyó durante mucho tiempo.
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