Recuerda al profesor, orador,
escritor, periodista y educador José Manuel Estrada, que nació el 13 de julio
de 1842 y falleció el 17 de septiembre de 1894.
En su figura se destaca la
firmeza ética, la claridad de sus ideas, el fervor para comunicarlas y
sostenerlas, y las páginas escritas sobre la educación de la juventud, fuentes
fundamentales de referencias pedagógicas y de formación moral. Nacido en 1842
fue orador y escritor argentino, uno de los fundadores del partido radical. Fue
autor de importantes estudios históricos, entre ellos: “Orígenes de nuestra
raza”, de 1861 y “El catolicismo y la democracia”, 1862. Se desempeñó como
profesor secundario y universitario, defendiendo la libertad de cátedra a
través de la manifestación de sus ideas.
En 1884 fue destituido de sus
cargos por sus ideas contrarias a la Ley. Recibió la adhesión de sus alumnos
que, al acudir a su casa para homenajearlo y despedirlo, se encontraron con
estas palabras que hoy deben guiar la acción educadora: “De las astillas de las
cátedras destrozadas por el despotismo, haremos tribunas para enseñar la
justicia y predicar la libertad.” Apuntando a que la escuela debe apuntar a una
educación integral del hombre.
Ser profesor es la elección de
una forma de vida que se asume desde la labor diaria, las exigencias, la lucha,
el agotamiento, la esperanza y la alegría de hacer lo que se eligió ser. La
vocación de servicio conlleva un acto de generosidad ya que se brinda no solo
conocimientos, los que se actualizan en forma periódica, sino que se valora la
alegría del avance de quienes reciben el mensaje, y además se los estimula a
crecer.
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