Esta fecha recuerda el
fallecimiento del Dr. Guillermo Bosch Arana, primer médico que incorporara esta
figura profesional al plantel quirúrgico.
"Mucho tiempo ha
transcurrido desde aquella magnifica inclusión y el campo que inaugurara ha fructificado en funciones
y roles que completan la asistencia e intervención de los equipos de salud
humana.
La misión de un instrumentador
quirúrgico es la de asistir, controlar, supervisar, y evaluar, el proceso de
atención del paciente desde su ingreso al quirófano hasta su egreso a la sala de recuperación
post-anestésica.
La instrumentación quirúrgica, en
cuanto practica surge a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando los
cirujanos de guerra fueron capaces de
operar y salvar más vidas humanas de las que eran posibles hasta ese momento.
Estas actividades fueron respaldadas también por el advenimiento del uso de los
antibióticos. Esto sucede en el año 1928, cuando Alexander Fleming descubriera
la penicilina.
Contemporáneo a ello, y ante la
escasez de personal que asista en las cuestiones quirúrgicas, la armada comenzó a entrenar al cuerpo de hombres para que les ayudaran en las
cirugías, bajo la supervisión directa del cirujano, para poder abastecer los
hospitales de campaña de los teatros de operaciones del Pacífico y Europa, ya que a las mujeres no les era permitido
embarcarse en los buques hospitales y además eran solicitadas para la atención
de los heridos en los hospitales de base y en los hogares.
Es allí dónde nace una nueva
profesión la del Instrumentador Quirúrgico.
En la república argentina en la
década del 30 el Dr. Bosch Arana: “considero imprescindible operar con
Instrumentadoras Quirúrgicas en los grandes Centros Quirúrgicos”. Tal como lo
escribiera en el libro técnicas quirúrgicas sincronizadas en al año 1937.
Desde ese momento la profesión no
ha dejado de avanzar de la mano de hombres y mujeres que hemos abrazado esta
profesión junto a los cambios científicos-tecnológicos.
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