No se sabe como se llamaban a sí
mismos los pueblos que invadieron y conquistaron los incas a partir del año
1480, a lo largo de los Andes, en la franja territorial que se extendía entre
el sur de la actual provincia de Salta y el norte de la de San Juan. Los incas
les llamaron “diaguitas o yuguitas”, es decir serranos o “gente que habita los
valles”. Dentro de este extenso territorio se encontraban distintos pueblos que
hablaban el kakán, nombre de la legua de los diaguitas, que también impusieron
los incas. Parece que kakán significa “tartamudo”, porque cuando hablaban los
diaguitas, parecían sollozar o tartamudear. Entre los diaguitas se encontraban
los calchaquíes, cuyo significado parece ser: “indios alzados, muy
bravos”.
En la provincia de La Rioja
reencontraban los capayanes, que eran diaguitas a los que se llamaba así porque
estaban a orillas del "capañam" o “Camino del Inca". Se ubicaban
en el oeste riojano y los más conocidos eran los famatina, cuyos pueblos
estaban en el valle del mismo nombre y en el que ahora ocupa Chilecito. Después
del Gran Alzamiento Calchaquí, (1630-1636) varios pueblos fueron
“desnaturalizados” del oeste catamarqueño y reducidos en el territorio de los
capayanes. Así nacieron otros pueblos, como el de Malligasta, que se formó con
la llegada de los indios malli, que tenían asiento en aquella provincia.
Entre los capayanes también se encontraban los anguinanaos, cuyo asiento
principal era el pueblo de Anguinán (Chilecito) y los vichigasta, en el mismo
departamento, que tenían su principal asentamiento en el pueblo que hoy lleva
el mismo nombre.
Por otro lado los guandacoles, se hallaban en el valle del mismo nombre y lo hoy es
Villa Unión, Villa Castelli y Vinchina.
Asimismo, los pueblos diaguitas
encontrados por el gobernador del Tucumán, Juan Ramírez de Velasco, en el sitio
de la fundación de La Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja , se
llamaban yacampis y sanagastas, nombre que también, recibían los valles que
llegaban a conquistar.
En el norte provincial se
encontraban los paccipas (diaguitas), nombre que también recibía el extenso
espacio que se encontraba entre el cerro Velasco ( la Rioja ) y el cerro Ambato
(Catamarca). Asimismo en la zona donde es hoy Bañados del Pantano, se asentaban
los araupaties y yuctabas. El departamento los Sauces estaba poblado por
pueblos cuyo cacique principal se llamaba Salica.
En lo que se conoce ahora como
Los Llanos riojanos, estaban los Olongasta, cuya cultura no era la misma que la
de los diaguitas. Su cultura era inferior y habían sido influenciados por los
huarpes (San Juan) y comenchingones (Córdoba). Los más conocidos pueblos entre
los olongasta fueron los atiles, cuyo pueblo principal se encontraba en la zona del pueblo que hoy lleva el mismo
nombre.
También Olta fue un asentamiento
principal que perduró como un importante reducto hasta muchos años después de
la conquista española. Este valle fue despoblado por el español Luis de Cabrera
en el siglo XVI, quien llevó los indios a la zona tucumana de Aguijares. El
valle fue ocupado por los pueblos cercanos de Moga y Nungulo, que dieron inicio
a la dinastía de los caciques Chantán. El valle fue repoblado luego por
diaguitas-capayanes, del pueblo de Vichigasta, ubicado en el oeste riojano, traídos
por el encomendero Nicolás Brizuela. Los vichigasta dieron inicio en Olta a la
dinastía de los caciques Aballay.
Víctor Hugo Robledo
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