El alba dibuja la silueta del
cordón montañoso que muchos años después llevaría su nombre. Despierto y con
los sentidos afilados, Juan Ramírez de Velasco alerta a sus hombres. Han
cabalgado toda la noche. Buscan el lugar llamado “Yacampis”. Cerca de ahí, el
nerviosismo de las llamas en los corrales de pirca de los diaguitas los intuye.
Los animales son los primeros en sentirlos. El instinto guerrero del cacique,
pone a la aldea en guardia y manda vigías. Cando los españoles llegan, los
diaguitas los esperan. El enfrentamiento es breve. El cacique da las órdenes en
cacán a sus guerreros. Las mujeres y los niños se aprestan también a luchar.
Cuando el sol sale y tiñe de naranja la cresta del cerro, los españoles ya los
han dominado. Ramírez está exultante. Siente que ha llegado al lugar tantas
veces imaginado. Mira alrededor, respira el aire impregnado de rocío. Ordena devolver
las pertenencias a los indios y liberar a los detenidos. No estaba en su ser
hacer masacres como las de Abreu, las de Lerma o tantos otros de su especie.
Los indios, ingenuos, valoran su gesto y le pierden el miedo. Ahora tiene que
esperar a Blas Ponce, financista y alma de la expedición más grande que
recuerde la conquista española en los territorios del norte argentino.
El 20 de Mayo de 1591, Ramírez de
Velasco saca el estandarte real de su majestad. Su homónimo hijo, que era el
alférez general lo toma en sus manos y acompañado por todos los capitanes y
soldados, dan una vuelta a caballo en el sitio de emplazamiento de la futura
plaza. Luego, se dirige al centro de ella y se apea. Ramírez padre recibe el
estandarte y lo campea tres veces diciendo: “España, España, España…” echa mano
a su espada y da unos golpes diciendo que en nombre de su Majestad toma
posesión de estas provincias y de esta ciudad. La llama “Ciudad de Todos los
Santos de la Nueva Rioxa”. Luego designa a Blas Ponce Maestre de Campo General
de la Provincia, Teniente General y Justicia Mayor. Cumplido el acto
fundacional, se celebra la primera Misa en territorio riojano. Velasco procede
a señalar las cuadras y solares y dispone la construcción de un fuerte y la
Iglesia. Se empadrona a los 10 o 12 mil indios para distribuirlos en
encomiendas y se ponen en marcha las actividades para asegurar la supervivencia
de la población.
Según parece, al final de ese día
agotador, el escribano anota, para que no hubiera confusión alguna, los límites
otorgados a la nueva ciudad, más grandes que la actual jurisdicción de la
provincia actual.
JUAN RAMÍREZ DE VELASCO
Nació en San Millán de la
Cogolla, provincia de La Rioja en Castilla en 1539, estando emparentado con la
nobleza. Desde los 16 años sirvió al rey en la carrera de las armas; luchó en
las campañas de Italia y Flandes, participó en el asalto Roma y conquista de
Portugal y otras campañas. En mérito a sus servicios Felipe II lo nombró
gobernador del Tucumán el 20 de marzo de 1584. Según Ramón Cárcano, era robusto
"decidida y firme su voluntad, justo y severo su espíritu, enérgico e
inquebrantable su carácter, generosa y levantada su alma, era un hombre hecho
para resistir las duras fatigas y fomentar y dirigir con prudencia y acierto
los destinos de la naciente colonia". Luego de fundar La Rioja, haría lo
mismo con Talavera de Madrid y Jujuy. Murió en 1597 cuando marchaba a hacerse
cargo de la gobernación del Río de la Plata. Fue enterrado en Cayastá, Santa
Fe.
LAS MUJERES DE LA FUNDACIÓN
Según Mariano Parco las mujeres
que vinieron en la expedición de Juan Ramírez de Velasco fueron 16. "Lo
que no pudimos saber – dice- si eran casadas o solteras, excepto doña Lorenza,
esposa de Ramírez de Velasco. Las que recibieron propiedades fueron: Isabel
Barros, Juana de Córdoba, Luisa de Ortaza, Julia Segura, Maria de Arroyo,
Catalina Bema Elena de Ibarra, Ana Orona, Beatriz Galbán, Catalina de Arévalo,
Catalina Fernández, Ana e Isabel Ramírez de Velasco, María Bazán, Isabel Bano y
María de Sierra. Queremos pensar que menos las hijas del gobernador, que
volvieron a Santiago del Estero, las demás fueron las que formaron las primeras
familias de nuestra ciudad” Mariano Parco apunta no haber podido establecer la
presencia de niños en la mencionada expedición. Como apreciable la cantidad de
mujeres fundadoras: 16 bien contadas ..
No hay comentarios:
Publicar un comentario