LUCÍA ¨CHICHͨ ZAMORA: ¨LA
VIDA ESTÁ ECHA PARA COMPARTIR; NO DARSE ATENAZEA EL ALMA¨
Por considerarse el pasado
mes de marzo como el Mes de la Mujer y Mes de la Memoria, desde La Dirección de
Extensión Cultural de la Cámara de Diputados, iniciando nuestro ciclo de
testimonios de grandes protagonistas de la historia y la cultura riojana,
elegimos entrevistar Lucía ¨Chichí¨ Zamora, gran luchadora del cooperativismo y
de los derechos de la mujer, que también padeció cárcel durante la dictadura,
pese a lo cual nunca perdió su espíritu de solidaridad ni un alma que busca
orientar a las nuevas generaciones en el arduo camino de transformar y defender
la vida de todos.
¿Como descubre su vocación por el servicio social, por la ayuda solidaria y la participación comunitaria?
Chichí Zamora: Creo que
empezó a los 11 o 12 años, veíamos en Campanas que faltaba luz, agua potable,
que los jóvenes estábamos muy dispersos, entonces formamos un centro juvenil.
Nos juntábamos en la plaza, poníamos plantitas y las regábamos, nos juntábamos
para ir a dar serenatas a las madres en el Dia de la Madre, después de
conseguir los guitarristas y ensayar canciones....pero la comunidad de Campanas
era muy solidaria, habia un grupo de jóvenes con el cuál no podías dejar de
participar. Recuerdo que solíamos ir a casa de cualquier conocido que tenia una
necesidad a preguntarle : ¨Buenos dias, dice mi mamá que quiere saber como
amaneció¨. Siempre nos preocupábamos por el otro. Mucho después, los jóvenes
que trabajamos en la Federación Agraria, creamos un centro juvenil que dependía
de esa institución, que fué uno de los primeros centros juveniles de
capacitación de la provincia.
¿La vocación por estudiar y
recibirse de Maestra, también nació en esa época temprana?
Yo creo que también, por
que en ese momento nos juntabamos con niños a los que también prestábamos
ayuda, y eso me gustaba mucho, es muy rico trabajar con niños, yo creo que es
más lo que yo aprendí de ellos, que lo que yo les enseñé.
¿Con esos centros juveniles,
descubrió también su amor al cooperativismo?
Claro, por que se
comenzaron a conformar estos centros juveniles de la Federación Agraria en
muchos pueblos de nuestra provincia, y allí comenzamos a tener una fuerte
relación con CODETRAL (la Cooperativa fundada y promovida por Monseñor
Angelelli) Monseñor iba a Campanas, y él mandó dos trabajadoras sociales que
nos ayudaron con el trabajo de la escuela. Nosotros desde nuestro centro
juvenil en Campanas, buscábamos tres patas para nuestra tarea, que fuimos las
que trabajamos: la educación, el centro vecinal, y la cooperativa. Estas
actividades comienzan a dejarse de lado con la dictadura militar, por que hay
un miedo de participar que quedó instalado en la gente.
¿Pero es solo miedo, o
también indiferencia, individualismo?
Yo creo que empezamos por
el miedo, pero el miedo trata de disuadirse, y se asocia con la indiferencia.
Hay un compromiso que nace de saber que el otro es tu hermano, de que no podés
largarle la mano por que el otro es parte tuya. Ese compromiso es el que se ha
perdido. El mensaje no es como ahora, ¨yo soy yo, si puedo tener más mejor, el
otro que se la aguante¨ , el mensaje era trabajar por un mundo mas humano donde
se construyera la paz, como quería Angelelli. Y para eso el cooperativismo te
da peldaños, y ahí te das cuenta de que subiendo peldaño a peldaño, la vida no
es tan difícil. La vida es maravillosa y te da ribetes magníficos si yo tengo
la oportunidad de respetarte, tomarte la mano, no apropiarse de lo que es del
otro.
¿Era más difícil participar
de tareas comunitarias, para la mujer, en las décadas del '60 y '70 ?
En realidad siempre fué
difícil. Pero también depende mucho de la familia en que te criaste. Yo tuve la
ventaja de que mi padre fue un hombre que defendió mucho a la mujer. El nos
decía, recuerdo, cuando nos reuniamos en torno a la estufa allá en nuestra casa
de Campanas ¨ustedes tienen la oportunidad de elegir, o subirse al carro de la
historia y guiarlo, o dejarse arrastrar por ese carro¨. Y encontré mujeres que
por suerte me ayudaban en el camino. Me acuerdo que había madres en el pueblo,
cuyos hijos varones se iban a trabajar a la Patagonia, o sus hijas como
empleadas domésticas a Buenos Aires. Entonces esas madres venían a vernos a las
maestras, y nos decían ¨señorita, me puede escribir una carta para mi hija¨. Es
tremendo ver a una madre angustiada por la ausencia, por no saber de la vida de
su hijo. Es dejar el alma, la piel al descubierto, tener que criar a tus hijos,
para después verlos partir. Teníamos que traducir esos sentimientos. Y de esa
manera iban naciendo ideas para ayudar a las mujeres del pueblo. Por ejemplo,
hicimos una carroza, cuando eran los desfiles del pueblo, a la que le pusimos
como nombre ¨Homenaje a la Madre Solitaria¨.
Luego llega la dictadura y
cortó de raiz eso....¿Fueron muchas las personas de esa zona de la provincia,
que llevaron a prisión, pertencían a los grupos cooperativos?
La escuela y las
cooperativas fueron dos instituciones que fueron muy castigadas, detuvieron a
casi todos los docentes, y a los integrantes de nuestra cooperativa. No sabían
si tenían un fundamento, pero el solo hecho de que fueran actividades
solidarias, para los militares era suficiente. Es que solidario viene de la
palabra ´sol¨, y viene de ¨dad¨, de darse al otro. Pensar que cada uno tiene
muchas cosas para dar, y muchas veces se siente abrumada una persona, por que
no da desde el alma. Y ese no dar, te atenazea el alma. La vida está hecha para
compartir, e invitarla a la otra persona a que se de. Entrégate sin retaceos,
todos tenemos algo para dar..... Bueno, entonces cuando llega el golpe de
Estado, hubo escenas que quedaron en nuestra memoria, como por ejemplo, que
llegó la policía, sacó a dos maestras del aula delante de los niños, y las
subieron a un móvil. Esos chicos sacaron un pañuelo con las manos, las
despedían mientras lloraban. Escenas imborrables, muy crueles, que uno las
recuerda con dolor...especialmente en Chilecito y Campanas fué terrorífica la
represión que hizo gendarmería.
¿Qué fué lo más duro de haber estado en la
cárcel? ¿ Los castigos físicos, las humillaciones, la soledad y el aislamiento,
los ideales que no podían ser continuados?
Lo más duro creo fué la
separación de mis hijos, Mariano tenía dos años, Evangelina once meses, el no
poder verlos durante esos años fué lo peor. Yo estuve desde el año '77 al '79.
Pero si hago un balance, yo aprendí mucho de la cárcel, también. Por que yo
creía que en la cárcel me iba a encontrar con personas quizás sin educación,
como en mi pueblo, donde había gente que no sabían leer ni escribir, pero tuve
una gran sorpresa por que había personas de un alto nivel intelectual,
profesionales, estudiantes universitarias. Yo tenía los primeros meses un bajón
muy grande, y una de mis compañeras allí me cuidaba, por que yo no tenía ni
ganas de comer, ni siquiera entendía por que estaba en la cárcel. Recuerdo, que
fuimos a devotos en un avión, en un traslado que fué durísimo, ibamos muy
apretadas, y nos decían cosas todo el viaje, como por ejemplo que ya nos
tiraban, todas chicanas; por que eran personajes preparados para chicanearnos,
para hacernos sufrir. Llegamos a devoto, pasamos por un montón de puertas de
hierro, hasta que llegamos a un lugar en el que nos hacen desnudar, y nos
mantenían mirando a la pared. En un momento, yo me doy vuelta despacio temor
para mirar, y ví un Cristo en la pared, o sea que estábamos en la capilla de la
Cárcel, mirá que macabro era hacer eso allí. Despues nos llevaron a las celdas,
donde estuvimos aisladas hasta el otro dia. Pero nunca me olvido que cuando
sali el primer dia de la celda, las compañeras que ya estaban de antes,
vinieron a saludarnos, nos llevaron papel, lapiceras, sobres y estampillas,
para poder escribirle a nuestros familiares, que gesto maravilloso. Cuando
sentía que la soledad te atenazeaba, llegaba la posibilidad de compartir con
esta gente.
¿Ya pasados 37 años desde la dictadura
militar, hemos aprendido algo como sociedad? ¿Hay miedo como dice Ud., sumado a
la indiferencia?
Yo creo que los tentáculos
de la dictadura no se han cortado. Ya no están los pies de cemento con que te
tiraban al fondo del agua, pero hoy tenemos la droga. Nos hemos olvidado de
escuchar al otro, de encontrarnos, de pensar que el otro me puede aportar con
su palabra también. De todos modos, se que hay también jóvenes intentando un
mundo mejor, a través del diálogo, trabajando en esa dirección. Me reconfortó
mucho, cuando hace tres años, pude estar en un encuentro en Italia, de jóvenes
de todo el mundo, levantando esa consigna. Y vemos ahora que existe un
Presidente negro en Estados Unidos, un Papa Latinoamericano. Son cambios que en
la década del '60 ni imaginábamos.
¿Como ve hoy el movimiento cooperativista que
usted tanto defiende, a tantos años de la dictadura?
Yo creo que quedó
estancado. El cooperativismo es una doctrina que exige al ser humano,
condiciones de preparación previa para respetar al otro. El Gobierno dió
chispazos de aliento al cooperativismo, ayudando en la generación de sus
trabajos, pero no se los está preparando bien. Lo que pasa es que es una
herramienta sabia que permite otras cosas, quizás no le conviene, entonces solo
se lo nombra desde el Gobierno. Las personas que se vincularon al cooperativismo,
fueron generalmente humildes, por algo Monseñor Angelelli se enamoró del
cooperativismo, ya que es una herramienta que sirve para generar muchas cosas
útiles y solucionar problemas para mejorar la vida de la gente, por eso él
ofrendó su vida para defenderlo.
Otro capítulo importante en
su vida, fué cuando asume en 2007 como Subsecretaria Provincial de la Mujer,
cargo que ocupó hasta 2011 ¿Cuáles fueron los problemas mas acuciantes que tuvo
que afrontar, entre los muchos por los cuales seguramente llegaban a pedir
ayuda las mujeres?
Bueno en principio, armé reuniones de trabajo
para que todas las funcionarias públicas trabajaramos unidas, en conjunto, por
que la mujer parecía que no esta preparada para ocupar altos cargos, debido a
que cada una iba por su lado, las personas y las mujeres no podemos trabajar en
soledad, esa no es la manera; hay que pensarse a si misma y pensar en los
demás. Y el problema mas grave para mi en la mujer era la desvalorización. En
todos los problemas, como violencia de género, falta de acceso a la educacion,
falta de trabajo, problemas de familia existe por detrás la desvalorización de
la propia mujer consigo misma. Y cuando vos estás desvalorizada, no tenés
fuerza para hacer nada, no podés enfrentar ninguno de estos dramas cotidianos.
Por eso viajamos por toda la provincia, dictando talleres a las mujeres, para
que aprendieran a revalorizarse. Con las mujeres golpeadas, formamos grupos de
autoayuda, para que pudieran entre ellas escucharse y darte aliento. La
desvalorización lleva a no saber si no queremos en realidad comportarnos como
un hombre, si queremos ser hombres, a no reconocernos en lo maravilloso que es
ser mujer. Realizamos un programa de radio ¨Conversaciones con Eva¨´ para que
las mujeres pudieran expresarse. Hay muchas mujeres anónimas con increibles
capacidades, con riquezas extraordinarias, que pueden enseñarnos muchas cosas,
pero no las promocionamos, están ahí olvidadas. Hay que rescatar, en nuestro
país, los valores que tienen los seres humanos, y ponerlos en el tapete.
Nosotros pudimos brindar ayuda a las mujeres, también, en necesidades concretas
como ayuda ante la violencia, educación sobre la salud, ayuda de material y
bolsones para mujeres muy carenciadas, pero no nos quedabamos en eso, con
nuestro equipo de psicologas, trabajadoras sociales, abogadas, ofrecimos
talleres para educar en esos valores que te dije; por que nos interesaba lo que
cada mujer tenía adentro de ellas. Para así preguntarnos ¿Que nos está
pasando?.....Por ejemplo, recuerdo una chica de once años, que fué a preguntar
como podía hacer para quedarse embarazada.....entonces tratábamos de dar luz
educando, dictando cursos. Y formamos equipos de trabajo en distintos
Departamentos del interior en donde no había atención a la mujer, que
trabajaron en conjunto con la Subsecretaría acá en la Capital, como otra manera
de estar en comunión, trabajando solidariamente, apoyándonos unas en otras,
creando lazos de confianza, que es la única manera de conseguir nuestros
sueños.
¿Entonces, sobre la situación de la mujer en
este presente tan complejo, cree que todavía hay que superar ese estadío
negativo?
En realidad hubo avances, pero es como una
botella de champagne que la agitás mucho tiempo hasta que explota, entonces, no
estamos aprovechando todas las posibilidades que tenemos ahora. Por ejemplo, la
libertad sexual se dió muy de golpe, y ahora tenemos muchas chicas jóvenes
embarazadas, que terminan siendo vidas truncadas. Dios nos dió el sexo para
disfrutarlo, es hermoso, pero debemos usarlo responsablemente, estar más
preparados.
¿Y sobre la violencia?
En esa tema se avanzó
bastante tambien, hay mas denuncias....pero no es facil abordarlo, es muy
profundo. No se es violento por una sola cosa, hay muchos factores sutiles. Hay
una violencia que viene de situaciones externas como las carencias económicas,
hay violencias internas que vienen de situaciones familiares. La violencia
engendra más violencia, y tenemos que saber discernir en donde se inicia esa
violencia. Tuvimos un caso, una mujer que escapó de su marido violento, y a su
vez, él iba todos los dias a la Subsecretaria, llorando siempre por no poder
verla, desesperado....o sea que hay sentimientos del otro lado también, aunque
sean contradictorios....claro que ella había sido prisionera de él
económicamente, por eso cuando tuvo su primer sueldo, dijo ¨hasta aquí llegué¨
y tomo la buena desición de irse. Cuando la mujer tenga ingresos suficientes
tendrá mas libertades. Pero también cuando en esta sociedad, aprendamos a
mirarnos con los ojos del alma, haya una mirada mas humana, habrá menos conflictos,
mas soluciones. La violencia solo se combate con amor... hay otras cosas por
hacer, pero son dificiles si primero no alimentamos nuestros sentimientos
humanitarios, para reconocernos como seres humanos.
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