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Este blog ha sido creado con el objeto de brindar información de interés cultural y agenda de las actividades programadas por esta Dirección.

lunes, 8 de abril de 2013

CICLO DE TESTIMONIOS DE GRANDES PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA Y LA CULTURA RIOJANA

LUCÍA ¨CHICHͨ ZAMORA: ¨LA VIDA ESTÁ ECHA PARA COMPARTIR; NO DARSE ATENAZEA EL ALMA¨
Por considerarse el pasado mes de marzo como el Mes de la Mujer y Mes de la Memoria, desde La Dirección de Extensión Cultural de la Cámara de Diputados, iniciando nuestro ciclo de testimonios de grandes protagonistas de la historia y la cultura riojana, elegimos entrevistar Lucía ¨Chichí¨ Zamora, gran luchadora del cooperativismo y de los derechos de la mujer, que también padeció cárcel durante la dictadura, pese a lo cual nunca perdió su espíritu de solidaridad ni un alma que busca orientar a las nuevas generaciones en el arduo camino de transformar y defender la vida de todos.
 
Foto: ENTREVISTA A LUCÍA  ¨CHICHͨ ZAMORA

¨LA VIDA ESTÁ ECHA PARA COMPARTIR; NO DARSE ATENAZEA EL ALMA¨

           Por considerarse el pasado mes de marzo como  el Mes de la Mujer y  Mes de la Memoria,  desde La Dirección de Extensión Cultural de la Cámara de Diputados, iniciando nuestro ciclo de testimonios de grandes protagonistas de la historia y la cultura riojana,  elegimos entrevistar Lucía ¨Chichí¨ Zamora, gran luchadora del cooperativismo y de los derechos de la mujer, que también padeció cárcel durante la dictadura, pese a lo cual nunca perdió su espíritu de solidaridad ni un alma que busca orientar a las nuevas generaciones en el arduo camino de transformar y defender la vida de todos.

¿Como descubre su vocación por el servicio social, por la ayuda solidaria y la participación comunitaria? 
Chichí Zamora: Creo que empezó a los 11 o 12 años, veíamos en Campanas que faltaba luz, agua potable, que los jóvenes estábamos muy dispersos, entonces formamos un centro juvenil. Nos juntábamos en la plaza, poníamos plantitas y las regábamos, nos juntábamos para ir a dar serenatas a las madres en el Dia de la Madre, después de conseguir los guitarristas y ensayar canciones....pero la comunidad de Campanas era muy solidaria, habia un grupo de jóvenes con el cuál no podías dejar de participar. Recuerdo que solíamos ir a casa de cualquier conocido que tenia una necesidad a preguntarle :  ¨Buenos dias, dice mi mamá que quiere saber como amaneció¨. Siempre nos preocupábamos por el otro. Mucho después, los jóvenes que trabajamos en la Federación Agraria, creamos un centro juvenil que dependía de esa institución, que fué uno de los primeros centros juveniles de capacitación de la provincia. 

¿La vocacion por estudiar y recibirse de Maestra, también nació en esa época temprana?
 Yo creo que también, por que en ese momento nos juntabamos con niños a los que tambien prestábamos ayuda, y eso me gustaba mucho, es muy rico trabajar con niños, yo creo que es más lo que yo aprendí de ellos, que lo que yo les enseñé. 

¿Con esos centros juveniles, descubrió también su amor al cooperativismo?
Claro, por que se comenzaron a conformar estos centros juveniles de la Federación Agraria en muchos pueblos de nuestra provincia, y allí comenzamos a tener una fuerte relación con CODETRAL (la Cooperativa fundada y promovida por Monseñor Angelelli) Monseñor iba a Campanas, y él mandó dos trabajadoras sociales que nos ayudaron con el trabajo de la escuela. Nosotros desde nuestro centro juvenil en Campanas, buscábamos tres patas para nuestra tarea, que fuimos las que trabajamos: la educación, el centro vecinal, y la cooperativa. Estas actividades comienzan a dejarse de lado con la dictadura militar, por que hay un miedo de participar que quedó instalado en la gente.

¿Pero es solo miedo, o también indiferencia, individualismo?
Yo creo que empezamos por el miedo, pero el miedo trata de disuadirse, y se asocia con la indiferencia. Hay un compromiso que nace de saber que el otro es tu hermano, de que no podés largarle la mano por que el otro es parte tuya. Ese compromiso es el que se ha perdido. El mensaje no es como ahora, ¨yo soy yo, si puedo tener más mejor, el otro que se la aguante¨ , el mensaje era trabajar por un mundo mas humano donde se construyera la paz, como quería Angelelli. Y para eso el cooperativismo te da peldaños, y ahí te das cuenta de que subiendo peldaño a peldaño, la vida no es tan difícil. La vida es maravillosa y te da ribetes magníficos si yo tengo la oportunidad de respetarte, tomarte la mano, no apropiarse de lo que es del otro.

¿Era más difícil participar de tareas comunitarias, para la mujer, en las décadas del '60 y '70 ?
En realidad siempre fué difícil. Pero también depende mucho de la familia en que te criaste.  Yo tuve la ventaja de que mi padre fue un hombre que defendió mucho a la mujer. El nos decía, recuerdo, cuando nos reuniamos en torno a la estufa allá en nuestra casa de Campanas ¨ustedes tienen la oportunidad de elegir, o subirse al carro de la historia y guiarlo, o dejarse arrastrar por ese carro¨. Y encontré mujeres que por suerte me ayudaban en el camino. Me acuerdo que había madres en el pueblo, cuyos hijos varones se iban a trabajar a la Patagonia, o sus hijas como empleadas domésticas a Buenos Aires. Entonces esas madres venían a vernos a las maestras, y nos decían ¨señorita, me puede escribir una carta para mi hija¨. Es tremendo ver a una madre angustiada por la ausencia, por no saber de la vida de su hijo. Es dejar el alma, la piel al descubierto, tener que criar a tus hijos, para después verlos partir. Teníamos que traducir esos sentimientos. Y de esa manera iban naciendo ideas para ayudar a las mujeres del pueblo. Por ejemplo, hicimos una carroza, cuando eran los desfiles del pueblo, a la que le pusimos como nombre ¨Homenaje a la Madre Solitaria¨.

Luego llega la dictadura y cortó de raiz eso....¿Fueron muchas las personas de esa zona de la provincia, que llevaron a prisión, pertencían a los grupos cooperativos?
La escuela y las cooperativas fueron dos instituciones que fueron muy castigadas, detuvieron a casi todos los docentes, y a los integrantes de nuestra cooperativa. No sabían si tenían un fundamento, pero el solo hecho de que fueran actividades solidarias, para los militares era suficiente. Es que solidario viene de la palabra ´sol¨, y viene de ¨dad¨, de darse al otro. Pensar que cada uno tiene muchas cosas para dar, y muchas veces se siente abrumada una persona, por que no da desde el alma. Y ese no dar, te atenazea el alma.  La vida está hecha para compartir,e invitala a la otra persona a que se de. Entrégate sin retaceos, todos tenemos algo para dar..... Bueno, entonces cuando llega el golpe de Estado, hubo escenas que quedaron en nuestra memoria, como por ejemplo, que llegó la policía, sacó a dos maestras del aula delante de los niños, y las subieron a un móvil. Esos chicos sacaron un pañuelo con las manos, las despedían mientras lloraban. Escenas imborrables, muy crueles, que uno las recuerda con dolor...especialmente en Chilecito y Campanas fué terrorífica  la represión que hizo gendarmería.

¿Qué fué lo más duro de haber estado en la cárcel? ¿ Los castigos físicos, las humillaciones, la soledad y el aislamiento, los ideales que no podían ser continuados? 
Lo más duro creo fué la separación de mis hijos, Mariano tenía dos años, Evangelina once meses, el no poder verlos durante esos años fué lo peor. Yo estuve desde el año '77 al '79. Pero si hago un balance, yo aprendí mucho de la carcel, también. Por que yo creía que en la cárcel me iba a encontrar con personas quizás sin educación, como en mi pueblo, donde había gente que  no sabían leer ni escribir, pero tuve una gran sorpresa por que había personas de un alto nivel intelectual, profesionales, estudiantes universitarias. Yo tenía los primeros meses un bajón muy grande, y una de mis compañeras allí me cuidaba, por que yo no tenía ni ganas de comer, ni siquiera entendía por que estaba en la cárcel. Recuerdo, que fuimos a devotos en un avión, en un traslado que fué durísimo, ibamos muy apretadas, y nos decían cosas todo el viaje, como por ejemplo que ya nos tiraban, todas chicanas; por que eran personajes preparados para chicanearnos, para hacernos sufrir. Llegamos a devoto, pasamos por un montón de puertas de hierro, hasta que llegamos a un lugar en el que nos hacen desnudar, y nos mantenían mirando a la pared. En un momento, yo me doy vuelta despacio temor para mirar, y ví un Cristo en la pared, o sea que estábamos en la capilla de la Cárcel, mirá que macabro era hacer eso allí. Despues nos llevaron a las celdas, donde estuvimos aisladas hasta el otro dia. Pero nunca me olvido que cuando sali el primer dia de la celda, las compañeras que ya estaban de antes, vinieron a saludarnos,  nos llevaron papel, lapiceras, sobres y estampillas, para poder escribirle a nuestros familiares, que gesto maravilloso. Cuando sentía que la soledad te atenazeaba, llegaba la posibilidad de compartir con esta gente.

¿Ya pasados 37 años desde la dictadura militar, hemos aprendido algo como sociedad? ¿Hay miedo como dice Ud., sumado a la indiferencia?
Yo creo que los tentáculos de la dictadura no se han cortado. Ya no estan los pies de cemento con que te tiraban al fondo del agua, pero hoy tenemos la droga. Nos hemos olvidado de escuchar al otro, de encontrarnos, de pensar que el otro me puede aportar con su palabra también. De todos modos, se que hay también jóvenes intentando un mundo mejor, a través del diálogo, trabajando en esa dirección. Me reconfortó mucho, cuando hace tres años, pude estar en un encuentro en Italia, de jóvenes de todo el mundo, levantando esa consigna. Y vemos ahora que existe un Presidente negro en Estados Unidos, un Papa Latinoamericano. Son cambios que en la década del '60 ni imaginábamos.  

¿Como ve hoy el movimiento cooperativista que usted tanto defiende, a tantos años de la dictadura?
Yo creo que quedó estancado. El cooperativismo es una doctrina que exige al ser humano, condiciones de preparación previa para respetar  al otro. El Gobierno dió chispazos de aliento al cooperativismo, ayudando en la generación de sus trabajos, pero no se los está preparando bien. Lo que pasa es que es una herramienta sabia que permite otras cosas, quizás no le conviene, entonces solo se lo nombra desde el Gobierno. Las personas que se vincularon al cooperatismo, fueron generalmente humildes, por algo Monseñor Angelelli se enamoró del cooperativismo, ya que es una herramienta que sirve para generar muchas cosas útiles y solucionar problemas para mejorar la vida de la gente, por eso él ofrendó su vida para defenderlo. 

Otro capítulo importante en su vida, fué cuando asume en 2007 como Subsecretaria Provincial de la Mujer, cargo que ocupó hasta 2011 ¿Cuáles fueron los problemas mas acuciantes que tuvo que afrontar, entre los muchos por los cuales seguramente llegaban a pedir ayuda las mujeres?
Bueno en principio, armé reuniones de trabajo para que todas las funcionarias públicas trabajaramos unidas, en conjunto, por que la mujer parecía que no esta preparada para ocupar altos cargos, debido  a que cada una iba por su lado, las personas y las mujeres no podemos trabajar en soledad, esa no es la manera; hay que pensarse a si misma y pensar en los demás. Y el problema mas grave para mi en la mujer era la desvalorización. En todos los problemas, como violencia de género, falta de acceso a la educacion, falta de trabajo, problemas de familia existe por detrás la desvalorización de la propia mujer consigo misma. Y cuando vos estás desvalorizada, no tenés fuerza para hacer nada, no podés enfrentar ninguno de estos dramas cotidianos. Por eso viajamos por toda la provincia, dictando talleres a las mujeres, para que aprendieran a revalorizarse. Con las mujeres golpeadas, formamos grupos de autoayuda, para que pudieran entre ellas escucharse y darte aliento. La desvalorización lleva a no saber si no queremos en realidad comportarnos como un hombre, si queremos ser hombres, a no reconocernos en lo maravilloso que es ser mujer. Realizamos un programa de radio ¨Conversaciones con Eva¨´ para que las mujeres  pudieran expresarse. Hay muchas mujeres anónimas con increibles capacidades, con riquezas extraordinarias, que pueden enseñarnos muchas cosas, pero no las promocionamos, están ahí olvidadas. Hay que restacar, en nuestro país, los valores que tienen los seres humanos, y ponerlos en el tapete. Nosotros pudimos brindar ayuda a las mujeres, también, en necesidades concretas como ayuda ante la violencia, educacion sobre la salud, ayuda de material y bolsones para mujeres muy carenciadas, pero no nos quedabamos en eso, con nuestro equipo de psicologas, trabajadoras sociales, abogadas, ofrecimos talleres para educar en esos valores que te dije; por que nos interesaba lo que cada mujer tenía adentro de ellas. Para asi preguntarnos ¿Que nos está pasando?.....Por ejemplo, recuerdo una chica de once años, que fué a preguntar como podía hacer para quedarse embarazada.....entonces tratábamos de dar luz educando, dictando cursos. Y formamos equipos de trabajo en  distintos Departamentos del interior en donde no había atención a la mujer, que trabajaron en conjunto con la Subsecretaría acá en la Capital, como otra manera de estar en comunión, trabajando solidariamente, apoyándonos unas en otras, creando lazos de confianza, que es la única manera de conseguir nuestros sueños.
¿Entonces, sobre la situación de la mujer en este presente tan complejo, cree que todavía hay que superar ese estadío negativo?
En realidad hubo avances, pero es como una botella de champagne que la agitás mucho tiempo hasta que explota, entonces, no estamos aprovechando todas las posibilidades que tenemos ahora. Por ejemplo, la libertad sexual se dió muy de golpe, y ahora tenemos muchas chicas jóvenes embarazadas, que terminan siendo vidas truncadas. Dios nos dió el sexo para disfrutarlo, es hermoso, pero debemos usarlo responsablemente, estar más preparados. 

¿Y sobre la violencia?
En esa tema se avanzó bastante tambien, hay mas denuncias....pero no es facil abordarlo, es muy profundo. No se es violento por una sola cosa, hay muchos factores sutiles. Hay una violencia que viene de situaciones externas como las carencias económicas, hay violencias internas que vienen de situaciones familiares. La violencia engrenda más violencia, y tenemos que saber discernir en donde se inicia esa violencia. Tuvimos un caso, una mujer que escapó de su marido violento, y  a su vez, él iba todos los dias a la Subsecretaria, llorando siempre por no poder verla, desesperado....o sea que hay sentimientos del otro lado también, aunque sean contradictorios....claro que  ella había sido prisionera de él económicamente, por eso cuando tuvo su primer sueldo, dijo ¨hasta aquí llegué¨ y tomo la buena desición de irse. Cuando la mujer tenga ingresos suficientes tendrá mas libertades. Pero también cuando en esta sociedad, aprendamos a mirarnos con los ojos del alma, haya una mirada mas humana, habrá menos conflictos, mas soluciones. La violencia solo se combate con amor... hay otras cosas por hacer, pero son dificiles si primero no alimentamos nuestros sentimientos humanitarios, para reconocernos como seres humanos.

¿Como descubre su vocación por el servicio social, por la ayuda solidaria y la participación comunitaria?

Chichí Zamora: Creo que empezó a los 11 o 12 años, veíamos en Campanas que faltaba luz, agua potable, que los jóvenes estábamos muy dispersos, entonces formamos un centro juvenil. Nos juntábamos en la plaza, poníamos plantitas y las regábamos, nos juntábamos para ir a dar serenatas a las madres en el Dia de la Madre, después de conseguir los guitarristas y ensayar canciones....pero la comunidad de Campanas era muy solidaria, habia un grupo de jóvenes con el cuál no podías dejar de participar. Recuerdo que solíamos ir a casa de cualquier conocido que tenia una necesidad a preguntarle : ¨Buenos dias, dice mi mamá que quiere saber como amaneció¨. Siempre nos preocupábamos por el otro. Mucho después, los jóvenes que trabajamos en la Federación Agraria, creamos un centro juvenil que dependía de esa institución, que fué uno de los primeros centros juveniles de capacitación de la provincia.

¿La vocación por estudiar y recibirse de Maestra, también nació en esa época temprana?

Yo creo que también, por que en ese momento nos juntabamos con niños a los que también prestábamos ayuda, y eso me gustaba mucho, es muy rico trabajar con niños, yo creo que es más lo que yo aprendí de ellos, que lo que yo les enseñé.

¿Con esos centros juveniles, descubrió también su amor al cooperativismo?

Claro, por que se comenzaron a conformar estos centros juveniles de la Federación Agraria en muchos pueblos de nuestra provincia, y allí comenzamos a tener una fuerte relación con CODETRAL (la Cooperativa fundada y promovida por Monseñor Angelelli) Monseñor iba a Campanas, y él mandó dos trabajadoras sociales que nos ayudaron con el trabajo de la escuela. Nosotros desde nuestro centro juvenil en Campanas, buscábamos tres patas para nuestra tarea, que fuimos las que trabajamos: la educación, el centro vecinal, y la cooperativa. Estas actividades comienzan a dejarse de lado con la dictadura militar, por que hay un miedo de participar que quedó instalado en la gente.

¿Pero es solo miedo, o también indiferencia, individualismo?

Yo creo que empezamos por el miedo, pero el miedo trata de disuadirse, y se asocia con la indiferencia. Hay un compromiso que nace de saber que el otro es tu hermano, de que no podés largarle la mano por que el otro es parte tuya. Ese compromiso es el que se ha perdido. El mensaje no es como ahora, ¨yo soy yo, si puedo tener más mejor, el otro que se la aguante¨ , el mensaje era trabajar por un mundo mas humano donde se construyera la paz, como quería Angelelli. Y para eso el cooperativismo te da peldaños, y ahí te das cuenta de que subiendo peldaño a peldaño, la vida no es tan difícil. La vida es maravillosa y te da ribetes magníficos si yo tengo la oportunidad de respetarte, tomarte la mano, no apropiarse de lo que es del otro.

¿Era más difícil participar de tareas comunitarias, para la mujer, en las décadas del '60 y '70 ?

En realidad siempre fué difícil. Pero también depende mucho de la familia en que te criaste. Yo tuve la ventaja de que mi padre fue un hombre que defendió mucho a la mujer. El nos decía, recuerdo, cuando nos reuniamos en torno a la estufa allá en nuestra casa de Campanas ¨ustedes tienen la oportunidad de elegir, o subirse al carro de la historia y guiarlo, o dejarse arrastrar por ese carro¨. Y encontré mujeres que por suerte me ayudaban en el camino. Me acuerdo que había madres en el pueblo, cuyos hijos varones se iban a trabajar a la Patagonia, o sus hijas como empleadas domésticas a Buenos Aires. Entonces esas madres venían a vernos a las maestras, y nos decían ¨señorita, me puede escribir una carta para mi hija¨. Es tremendo ver a una madre angustiada por la ausencia, por no saber de la vida de su hijo. Es dejar el alma, la piel al descubierto, tener que criar a tus hijos, para después verlos partir. Teníamos que traducir esos sentimientos. Y de esa manera iban naciendo ideas para ayudar a las mujeres del pueblo. Por ejemplo, hicimos una carroza, cuando eran los desfiles del pueblo, a la que le pusimos como nombre ¨Homenaje a la Madre Solitaria¨.

Luego llega la dictadura y cortó de raiz eso....¿Fueron muchas las personas de esa zona de la provincia, que llevaron a prisión, pertencían a los grupos cooperativos?

La escuela y las cooperativas fueron dos instituciones que fueron muy castigadas, detuvieron a casi todos los docentes, y a los integrantes de nuestra cooperativa. No sabían si tenían un fundamento, pero el solo hecho de que fueran actividades solidarias, para los militares era suficiente. Es que solidario viene de la palabra ´sol¨, y viene de ¨dad¨, de darse al otro. Pensar que cada uno tiene muchas cosas para dar, y muchas veces se siente abrumada una persona, por que no da desde el alma. Y ese no dar, te atenazea el alma. La vida está hecha para compartir, e invitarla a la otra persona a que se de. Entrégate sin retaceos, todos tenemos algo para dar..... Bueno, entonces cuando llega el golpe de Estado, hubo escenas que quedaron en nuestra memoria, como por ejemplo, que llegó la policía, sacó a dos maestras del aula delante de los niños, y las subieron a un móvil. Esos chicos sacaron un pañuelo con las manos, las despedían mientras lloraban. Escenas imborrables, muy crueles, que uno las recuerda con dolor...especialmente en Chilecito y Campanas fué terrorífica la represión que hizo gendarmería.

¿Qué fué lo más duro de haber estado en la cárcel? ¿ Los castigos físicos, las humillaciones, la soledad y el aislamiento, los ideales que no podían ser continuados?

Lo más duro creo fué la separación de mis hijos, Mariano tenía dos años, Evangelina once meses, el no poder verlos durante esos años fué lo peor. Yo estuve desde el año '77 al '79. Pero si hago un balance, yo aprendí mucho de la cárcel, también. Por que yo creía que en la cárcel me iba a encontrar con personas quizás sin educación, como en mi pueblo, donde había gente que no sabían leer ni escribir, pero tuve una gran sorpresa por que había personas de un alto nivel intelectual, profesionales, estudiantes universitarias. Yo tenía los primeros meses un bajón muy grande, y una de mis compañeras allí me cuidaba, por que yo no tenía ni ganas de comer, ni siquiera entendía por que estaba en la cárcel. Recuerdo, que fuimos a devotos en un avión, en un traslado que fué durísimo, ibamos muy apretadas, y nos decían cosas todo el viaje, como por ejemplo que ya nos tiraban, todas chicanas; por que eran personajes preparados para chicanearnos, para hacernos sufrir. Llegamos a devoto, pasamos por un montón de puertas de hierro, hasta que llegamos a un lugar en el que nos hacen desnudar, y nos mantenían mirando a la pared. En un momento, yo me doy vuelta despacio temor para mirar, y ví un Cristo en la pared, o sea que estábamos en la capilla de la Cárcel, mirá que macabro era hacer eso allí. Despues nos llevaron a las celdas, donde estuvimos aisladas hasta el otro dia. Pero nunca me olvido que cuando sali el primer dia de la celda, las compañeras que ya estaban de antes, vinieron a saludarnos, nos llevaron papel, lapiceras, sobres y estampillas, para poder escribirle a nuestros familiares, que gesto maravilloso. Cuando sentía que la soledad te atenazeaba, llegaba la posibilidad de compartir con esta gente.

¿Ya pasados 37 años desde la dictadura militar, hemos aprendido algo como sociedad? ¿Hay miedo como dice Ud., sumado a la indiferencia?

Yo creo que los tentáculos de la dictadura no se han cortado. Ya no están los pies de cemento con que te tiraban al fondo del agua, pero hoy tenemos la droga. Nos hemos olvidado de escuchar al otro, de encontrarnos, de pensar que el otro me puede aportar con su palabra también. De todos modos, se que hay también jóvenes intentando un mundo mejor, a través del diálogo, trabajando en esa dirección. Me reconfortó mucho, cuando hace tres años, pude estar en un encuentro en Italia, de jóvenes de todo el mundo, levantando esa consigna. Y vemos ahora que existe un Presidente negro en Estados Unidos, un Papa Latinoamericano. Son cambios que en la década del '60 ni imaginábamos.

¿Como ve hoy el movimiento cooperativista que usted tanto defiende, a tantos años de la dictadura?

Yo creo que quedó estancado. El cooperativismo es una doctrina que exige al ser humano, condiciones de preparación previa para respetar al otro. El Gobierno dió chispazos de aliento al cooperativismo, ayudando en la generación de sus trabajos, pero no se los está preparando bien. Lo que pasa es que es una herramienta sabia que permite otras cosas, quizás no le conviene, entonces solo se lo nombra desde el Gobierno. Las personas que se vincularon al cooperativismo, fueron generalmente humildes, por algo Monseñor Angelelli se enamoró del cooperativismo, ya que es una herramienta que sirve para generar muchas cosas útiles y solucionar problemas para mejorar la vida de la gente, por eso él ofrendó su vida para defenderlo.

Otro capítulo importante en su vida, fué cuando asume en 2007 como Subsecretaria Provincial de la Mujer, cargo que ocupó hasta 2011 ¿Cuáles fueron los problemas mas acuciantes que tuvo que afrontar, entre los muchos por los cuales seguramente llegaban a pedir ayuda las mujeres?

Bueno en principio, armé reuniones de trabajo para que todas las funcionarias públicas trabajaramos unidas, en conjunto, por que la mujer parecía que no esta preparada para ocupar altos cargos, debido a que cada una iba por su lado, las personas y las mujeres no podemos trabajar en soledad, esa no es la manera; hay que pensarse a si misma y pensar en los demás. Y el problema mas grave para mi en la mujer era la desvalorización. En todos los problemas, como violencia de género, falta de acceso a la educacion, falta de trabajo, problemas de familia existe por detrás la desvalorización de la propia mujer consigo misma. Y cuando vos estás desvalorizada, no tenés fuerza para hacer nada, no podés enfrentar ninguno de estos dramas cotidianos. Por eso viajamos por toda la provincia, dictando talleres a las mujeres, para que aprendieran a revalorizarse. Con las mujeres golpeadas, formamos grupos de autoayuda, para que pudieran entre ellas escucharse y darte aliento. La desvalorización lleva a no saber si no queremos en realidad comportarnos como un hombre, si queremos ser hombres, a no reconocernos en lo maravilloso que es ser mujer. Realizamos un programa de radio ¨Conversaciones con Eva¨´ para que las mujeres pudieran expresarse. Hay muchas mujeres anónimas con increibles capacidades, con riquezas extraordinarias, que pueden enseñarnos muchas cosas, pero no las promocionamos, están ahí olvidadas. Hay que rescatar, en nuestro país, los valores que tienen los seres humanos, y ponerlos en el tapete. Nosotros pudimos brindar ayuda a las mujeres, también, en necesidades concretas como ayuda ante la violencia, educación sobre la salud, ayuda de material y bolsones para mujeres muy carenciadas, pero no nos quedabamos en eso, con nuestro equipo de psicologas, trabajadoras sociales, abogadas, ofrecimos talleres para educar en esos valores que te dije; por que nos interesaba lo que cada mujer tenía adentro de ellas. Para así preguntarnos ¿Que nos está pasando?.....Por ejemplo, recuerdo una chica de once años, que fué a preguntar como podía hacer para quedarse embarazada.....entonces tratábamos de dar luz educando, dictando cursos. Y formamos equipos de trabajo en distintos Departamentos del interior en donde no había atención a la mujer, que trabajaron en conjunto con la Subsecretaría acá en la Capital, como otra manera de estar en comunión, trabajando solidariamente, apoyándonos unas en otras, creando lazos de confianza, que es la única manera de conseguir nuestros sueños.

¿Entonces, sobre la situación de la mujer en este presente tan complejo, cree que todavía hay que superar ese estadío negativo?

En realidad hubo avances, pero es como una botella de champagne que la agitás mucho tiempo hasta que explota, entonces, no estamos aprovechando todas las posibilidades que tenemos ahora. Por ejemplo, la libertad sexual se dió muy de golpe, y ahora tenemos muchas chicas jóvenes embarazadas, que terminan siendo vidas truncadas. Dios nos dió el sexo para disfrutarlo, es hermoso, pero debemos usarlo responsablemente, estar más preparados.

¿Y sobre la violencia?

En esa tema se avanzó bastante tambien, hay mas denuncias....pero no es facil abordarlo, es muy profundo. No se es violento por una sola cosa, hay muchos factores sutiles. Hay una violencia que viene de situaciones externas como las carencias económicas, hay violencias internas que vienen de situaciones familiares. La violencia engendra más violencia, y tenemos que saber discernir en donde se inicia esa violencia. Tuvimos un caso, una mujer que escapó de su marido violento, y a su vez, él iba todos los dias a la Subsecretaria, llorando siempre por no poder verla, desesperado....o sea que hay sentimientos del otro lado también, aunque sean contradictorios....claro que ella había sido prisionera de él económicamente, por eso cuando tuvo su primer sueldo, dijo ¨hasta aquí llegué¨ y tomo la buena desición de irse. Cuando la mujer tenga ingresos suficientes tendrá mas libertades. Pero también cuando en esta sociedad, aprendamos a mirarnos con los ojos del alma, haya una mirada mas humana, habrá menos conflictos, mas soluciones. La violencia solo se combate con amor... hay otras cosas por hacer, pero son dificiles si primero no alimentamos nuestros sentimientos humanitarios, para reconocernos como seres humanos.

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