Como cultura andina,
participaban al igual que otros de sus aspectos de las características del
área: eran adoradores del Sol, el trueno y el relámpago.
Celebraban rituales
propiciatorios de la fertilidad de los campos y tenían una funebria elaborada,
expresión de un culto a los muertos como tránsito crucial en el ciclo de vida
de la cultura.
El alma se convertía en
estrella, viaje para el cual al difunto se lo enterraba con alimento y bebidas.
Son famosos los cementerios
de “párvulos en urnas”, alejados de las habitaciones, en las que sepultaban a
los adultos.
La lluvia era decisiva para
estas comunidades de agricultores y a ella dedicaban sacrificios en sus lugares
construidos a tal efecto, denominados zupca, que estaban a cargo de los
chamanes.
Los diaguitas participaban
del culto de la Madre
Tierra o Pachamama al igual que en Perú o Bolivia. Ella es la
dueña de la tierra, se le ruega por la fertilidad de los campos, el buen
viaje del peregrino, el buen parto de todas las mujeres y la felicidad en
todas las empresas.
Se le ofrecían sacrificios de
sangre y la ofrenda del primer trago, el primer bocado y el primer fruto de la
recolección.
En el mito andino,
muchas veces la Pachamama
está acompañada de Pachamac (dios del cielo) también llamado Viracocha (en la
sierra) y por sus hijos, el Sol y la
Luna, heroes civilizadores. Viracocha presenta algunas
semejanzas con ciertos personajes del N. Los diaguitas adoraban al
sol. Tenían sacerdotes especiales, "magos" o "hechiceros".
Creían en la inmortalidad del alma aun cuando desdeñaban la antigüedad y la
profundidad de esas mismas creencias.Los sacerdotes eran también médicos. Cuando un diaguita se hallaba enfermo y próximo a morir, sus parientes lo velaban en medio de copiosas libaciones. Esto lo entendían como una defensa de las fuerzas malignas que le amenazaban. Las ceremonias del entierro duraban ocho días y luego se quemaba la casa para impedir su regreso. Como para ellos sólo existía la muerte violenta, todo fallecimiento se suponía provocado.
La creencia en el más allá se reflejaba en todo un ciclo de ceremonias relacionadas con la muerte, desde el entierro en "posición ritual" hasta la elaboración de sepulturas pircadas acompañando al muerto con su ajuar funerario.
Los adultos eran enterrados en cámaras pircadas o directamente en la tierra, salvo en algunos casos se les enterró en urnas, a la manera de los niños.
http://riie.com.ar/?a=28663
http://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi98/Chiwolla/antiguos/dc.htm.
http://www.indigenas.bioetica.org/base/base14.htm
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