1871- La ley 203 autorizaba a la
Comisión de Irrigación de la capital para la compostura del Tajamar, gravando
al vecindario con la prestación de peones en la proporción que la misma
comisión lo establezca o su equivalente en dinero y los que se resistieren al
cumplimiento de esta disposición pagarían una multa igual al doble del valor
que les cupiere en la proporción establecida por la comisión. El Tajamar
siempre dio más de un problema a la ciudad. El río que custodiaba no existía
durante casi todo el año hasta que las torrenciales lluvias del verano
provocaban su desmesurado crecimiento. Y cada tanto las obras realizadas con
tanto esfuerzo eran arrastradas por el torrente. Salvador de la Colina cuenta
en una de sus pintorescas anécdotas cuando el agua pasó por la ciudad llevando
muebles, animales, barricas con alimentos y mil cosas más. Recién bien entrado
el siglo XX el problema que significa el río de La Rodadera tendría una
solución definitiva al construirse una obra de ingeniería como corresponde,
aunque fracasaría la buena idea de construir la Represa Almirante Brown que se
pensaba podría almacenar el agua estival que antes se perdía en su totalidad y
que a pesar del inmenso gasto que se invirtió en la tal represa seguiría
perdiéndose por su mala construcción habiendo sido la misma inaugurada en
tiempos de la denominada Revolución Libertadora por el entonces vicepresidente
de facto de la nación Almirante Isaac Rojas.
1863 - Habiendo asignado el
gobierno nacional tres jóvenes para ser educados en el Colegio Nacional (de
Buenos Aires), el gobierno provincial designa a los estudiantes riojanos
Francisco Javier Granillo, Isauro Herrera y Carlos San Román para ocupar esas
becas. Estos jóvenes estudiantes formaban parte de la primera selección de
estudiantes que de cada una de las provincias que seleccionaban tres por cada
una integrarían el primer plantel de alumnos del recién fundado por Mitre
Colegio Nacional de Buenos Aires. Miguel Cané en su fresco libro de memoria
“Juvenilia” se refiere en unas de sus páginas a un compañero muy alto y muy
holgazán de origen riojano pero del que no da nombre alguno. En el libro “El
nacional de Toribio” se cuenta con más detalle aspectos curiosos de estos años
fundacionales de que llegaría a ser la institución educativa más importante del
país. Malos tratos, malas comidas, carencias de libros, etc. fueron poco a poco
solucionados especialmente cuando fue nombrado rector del colegio el
intelectual y pedagogo Amadeo Jacques que le dio una orientación de acuerdo a
los tiempos y lo que comenzó siendo una institución con muchas dificultades por
la obsesiva política de mejorar la educación al poco tiempo era ya el modelo a
seguir en todo el país. Por sus aulas pasarían muchos jóvenes que formarían
parte de la generación del 80 siendo muchos de ellos presidentes, legisladores,
hombres de letras e intelectuales destacados como lo es hasta los tiempos
actuales. De las provincias formaron parte de este primer cuartel 40 jóvenes
debidamente seleccionados que se unirían a un centenar de porteños.
1869 - Por la importancia que
siempre tuvieron en La Rioja las cuestiones atinentes al mejor y más justo
aprovechamiento del agua y de acuerdo a una pormenorizada Ley General de
Irrigación, la provincia era dividida en doce secciones o departamentos. En
cada uno de estos departamentos habría una comisión de irrigación con un
presidente, un tesorero y un secretario elegidos por el pueblo, con el voto
directo del gremio de agricultores de cada departamento, durando un año en el
ejercicio de su empleo. El gremio de agricultores se compondría de todos los
propietarios o poseedores de agua en ella de los que se formaría un registro
que todos los años se abriría del 01 al 10 de diciembre. Eran, sin duda, formas
prácticas y concretas de democracia participativa. Este sería uno de los
reglamentos de Irrigación que tendría larga vida pues si algo tuvo de heroico
en la sociedad riojana desde los tiempos coloniales fue que siendo la única provincia árida de todo el país
(como lo dice el geógrafo riojano Ramón Díaz), logró cuidando meticulosamente
el precioso recurso del agua desarrollar cultivos de importancia para su
economía y de exportación tales como la vitivinicultura y la olivicultura.
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