Un canillita es un vendedor callejero
de periódicos y revistas, aunque también se puede atribuir la palabra a los
puestos callejeros fijos.
Se considera que esta
denominación surge debido a la repercusión del sainete "Canillita" de
Florencio Sánchez. La obra recrea la situación de un niño de unos 15 años
aproximadamente, que trabaja vendiendo periódicos en la calle para mantener a
sus padres, y que es tal su pobreza que tiene unos pantalones relativamente
"viejos" que le han quedado cortos al crecer el personaje en su adolescencia
mostrando así las "canillas".
La palabra canillita es entonces
un lunfardismo que ha pasado a ser parte del idioma habitual de Argentina y
Uruguay, inicialmente significaba a los menores que vendían periódicos
callejeramente, luego a cualquier vendedor callejero de periódicos cualquiera
fuera su edad (desde fines de s. XX los vendedores callejeros de periódicos
casi han desaparecido totalmente por diversos motivos) y se ha trasladado el
término "canillita" a los vendedores de periódicos y revistas etc,
fijos en puestos o "quioscos" de ventas de diarios y revistas.
En Argentina el día 7 de
noviembre en el cual se conmemora la muerte de Florencio Sánchez ha pasado a
ser oficialmente desde 1947 el día del canillita; en ese día no se editaban
diarios, siendo un día de descanso para los trabajadores de la actividad. Desde
1997 el Grupo Clarín comenzó a sacar a la venta el diario homónimo, a lo que
luego se sumaron otros editores. Algunos canillitas trabajaban en esta fecha, y
también el diario era distribuido por los editores por otros canales.
En el año 2007, mediante una ley
promovida por el diputado Héctor Recalde, se recupera este día de descanso. En
el 2009, a través de un decreto firmado por la presidenta Cristina Fernández,
los canillitas fueron reconocidos como trabajadores (no como vendedores) y se
les otorgó la exclusividad de su actividad a las paradas habilitadas. Este
decreto deroga uno del año 2000, firmado por el entonces presidente Fernando de
la Rúa y el ministro de Economía Domingo Cavallo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario