21 de noviembre de 1889 fallece
Victoria Romero, a los 85 años y se le dio sepultura en el oratorio de Atiles
cerca de Malanzan.
"(...) con la esperanza de
que aliviará en algún tanto mis padecimientos en que la desgracia de la suerte
me ha colocado, con la dolorosa pérdida de mi marido desgraciado, que la
intriga, el perjurio y la traición, ha hecho que desaparezca del modo más
afrentoso, y sin piedad, dándole una muerte a usanza de turco, de hombres sin
civilización, sin religión; para castigo la muerte era lo bastante, pero no
despezar a un hombre como lo hace un león; el pulso tiembla, señor general:
haber presenciado y visto por mis propios ojos descuartizar a mi marido dejando
en la orfandad a mi familia y a mí en la última miseria, siendo yo la befa y
ludibrio de los que antes recibieron de mi marido y de mí todas las
consideraciones y servicios que estaban a nuestro alcance.
Me han quitado derechos de
estancia, hacienda, menaje y todo cuanto hemos poseído; los últimos restos me
quitan por perjuicio que dicen haber inferido la gente que mandaba mi marido,
me exigen pruebas y documentos de haber tenido yo algo; me tomaron dos cargas
de petacas por mandato del señor coronel Arredondo, donde estaban todos mis
papeles, testamentos, hijuelas, donaciones y cuanto a mí me pertenecía. Se me
volvió la ropa mía de vestir, de donde resultó que no tengo cómo acreditar ni
de los dos mil pesos que V.E. tuvo a bien darme por hacerme gracias y de buena
obra, por lo que suplico a V.E. se digne informar sobre esto al Juez de esta
Ciudad, para que a cuenta de esto me deje parte del menaje de la casa, siquiera
por esta cantidad que expreso."
La Rioja 12 de agosto 1864.
Carta de Victoria Romero a
Justo Jose de Urquiza
El asesino coronel Irrazábal
(uno de los coroneles de Mitre), manda aplicar tormentos indescriptibles a doña
Vito, hasta dejarla sin sentido. La horda la engrilla y la conduce a la
provincia de San Juan, donde el gobernador , y Director de Guerra, Domingo
Faustino Sarmiento, condecora a Irrazábal por el cobarde asesinato del Chacho
Peñaloza .
Doña Vito es sometida a
trabajos forzados por orden de Sarmiento, junto a los hombres apresados,
viéndosela todos los días barrer la plaza pública de San Juan arrastrando
cadenas de sus pies y con centinela a la vista.
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