La historia lo registra en sus
anales mucho más con su apodo, el Chacho, que con su nombre, Angel Vicente
Peñaloza. Nació en 1796 en la pequeña aldea de Guaja, cerca de los pagos donde
años antes había nacido Juan Facundo Quiroga. El Chacho, bisnieto de don
Francisco Javier Mercado de Peñaloza, poblador de Los Llanos en el siglo XVII,
recibió educación elemental al lado de su tío abuelo, el presbítero y doctor
Angel Vicente Peñaloza, y siendo jovencito pasó al lado de Juan Facundo Quiroga,
como soldado de las milicias riojanas.
En 1817 integra la caballería
llanista que va con la expedición a Copiapó, acción bélica en la que se lucen
los riojanos, quienes se hacen merecedores de la distinción que San Martín
otorgó a los vencedores de Chacabuco. A partir de 1820 el Chacho acompaña a
Juan Facundo Quiroga en todas sus campañas, primero contra Gregorio Aráoz de la
Madrid y después contra José María Paz. En la batalla de El Tala, librada el 27
de Octubre de 1826, el capitán Peñaloza resultó con una herida grave, de lanza,
después de batirse con bravura. En La Tablada, el 22 de Junio de 1829, fue uno
de los jefes de la caballería de Facundo que dieron doce cargas sucesivas sobre
los cuadros de infantería de Paz arrebatándole las piezas de artillería.
En 1835, después de la muerte de
Facundo, en combinación con el Gobernador sanjuanino Martín Yanzón, se levanto
en armas con el propósito de derrocar al gobernado, rosista de su provincia,
Fernando Villafañe, pero fracasó. Y en 1840, cuando el general Tomás Brizuela,
su amigo, asume la jefatura militar de la Liga del Norte contra Rosas, el
Chacho fue de la partida y se distinguió excepcionalmente durante una campaña
que resultó desastrosa para los unitarios, con los cuales se habían aliado
tanto él como Brizuela. Tuvo que asilarse en Chile, después de Rodeo del Medio.
En Abril de 1842 pasó la
cordillera y entró en La Rioja en nueva campaña contra las fuerzas rosistas. Se
sostuvo, a lo largo de un año con las únicas fuerzas que él remontó, pero debió
abandonar nuevamente el país y buscar refugio en Chile. A principios de Marzo
de 1844 y en Febrero de 1845 intentó nuevamente levantar su provincia contra el
poder de Rosas, pero fracasó en ambos movimientos. En Mayo de 1845 decide
volver a su patria, con la ayuda del gobernador de San Juan, su amigo Nazario
Benavidez, con quien había hecho las campañas contra los unitarios, desde 1826
hasta 1831. Amparado por el jefe sanjuanino pudo radicarse en los Llanos y, en
Febrero de 1848 encabezar un movimiento contra el Gobernador riojano Vicente
Mota, para encumbrar en el gobierno a don Manuel Vicente Bustos.
Junto a Bustos, Peñaloza apoyó la
gestión de Urquiza a partir del Acuerdo de San Nicolás, y después de 1854 se
convirtió en firme puntal de la Confederación Argentina en el noroeste. El 7 de
Julio de 1855 fue ascendido a Coronel Mayor del ejército nacional, grado
equivalente al Genera lato. Y el 27 de Junio le 1861 el gobierno de la
Confederación lo nombró comandante en jefe de la circunscripción militar del
noroeste, que comprendía La Rioja y Catamarca.
Después de Pavón resistió en su
provincia la ocupación dispuesta por el gobierno del general Mitre, en dos
Sangrientas campañas, a lo largo de las cuales esperó vanamente un
pronunciamiento de Urquiza, que no se produjo.
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