1976 - Los comandantes de las
tres armas, Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti, derrocan en
la madrugada de este día al gobierno constitucional de María Estela Martínez de
Perón, quien había asumido la presidencia tras la muerte del general Perón.
Este golpe militar dio comienzo al autodenominado Proceso de Reorganización
Nacional, una dictadura sangrienta de más de siete años, que tuvo como
consecuencia la persecución y desaparición de 30.000 personas y bebes nacidos
en cautiverio y apropiados por los genocidas.
El 24 de marzo de 1976 no fue un
día más en la historia argentina. En esa fecha las Fuerzas Armadas de nuestro
país usurparon el gobierno y derrocaron a la entonces presidenta constitucional
María Estela Martínez de Perón. Del mismo modo destituyeron a los gobernadores
de las provincias, disolvieron el Congreso Nacional y las Legislaturas
Provinciales, removieron a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y
anularon las actividades gremiales como así también la de los partidos
políticos. En suma clausuraron las instituciones fundamentales de la vida
democrática.
La Constitución Nacional –es
decir, la ley de leyes de la República Argentina–, dejó de regir la vida
política del país y los ciudadanos quedaron subordinados a las normas
establecidas por los militares. Se inició entonces una dictadura que se instaló
en el gobierno por la fuerza, por medio de lo que se denomina golpe de Estado.
El gobierno de facto estuvo integrado por una Junta Militar que reunía a los
máximos jefes de las tres Fuerzas Armadas: el ex general Jorge Rafael Videla
por el Ejército, el ex almirante Emilio Eduardo Massera por la Marina y el ex
brigadier Orlando Ramón Agosti por la Aeronáutica.
El golpe de 1976 fue el último
pero no el único. Desde 1930 nuestro país había sufrido sucesivas
interrupciones del orden democrático. La supresión de los gobiernos elegidos
por el pueblo, la represión de los conflictos que surgían entre distintos
sectores sociales y la apelación a la violencia habían sido, lamentablemente,
bastante frecuentes desde esa fecha. Sin embargo, la dictadura que se inició en
1976 tuvo características inéditas, recibiendo el nombre de terrorismo de
Estado.
Algunos ciudadanos e
investigadores prefieren hablar de golpe cívico-militar. ¿Por qué? Porque
entienden que los militares no actuaron solos ni por su cuenta. La decisión de
tomar el gobierno contaba con la adhesión de diversos grupos de la sociedad
(sectores con gran poder económico, grupos conservadores, algunos medios de
comunicación aines) que entendían que una dictadura era necesaria para
organizar el país.
De este modo, a la vez que se
desarrollaban acciones de control, disciplina y violencia nunca vistas sobre la
sociedad, se tomaban decisiones económicas que privilegiaban el ingreso de
bienes y mercancías desde el exterior por sobre la producción de nuestro país.
Así miles de trabajadores de nuestras fábricas perdieron su trabajo debido a
que la industria nacional no podía producir productos a un precio similar o
menor a los importados. Este proceso fue acompañado por una campaña
publicitaria que intentaba convencer a la población de que la industria
argentina era mala, de baja calidad y asociaba
a lo venido de afuera con lo bueno, lo interesante, lo deseado,
ocultando que en esa decisión miles de argentinos quedaban sin trabajo y muchas
familias perdían su salario y pasaban entonces a ser pobres.
A la vez, los sucesivos miembros
de la Junta Militar y diversas empresas asociadas solicitaron grandes sumas de
dinero al exterior en carácter de préstamos. Ese dinero incrementó la deuda
externa del país de una manera inédita: de 8 mil a 43 mil millones de dólares
que se convirtió por decisión de la misma dictadura, en deuda pública, es decir
en deuda que debieron pagar todos los argentinos.
Por otra parte se tomaron
distintas medidas financieras y administrativas que hicieron que el Estado
iniciara un período de desinversión en salud, educación y vivienda con efectos
muy importantes en el empeoramiento de las condiciones de vida de la gente:
aumento de la pobreza e inicio de lo que hoy denominamos exclusión social. Es
decir, se inició el proceso por el cual muchos hombres y mujeres no encontraban
trabajo porque no había fábricas ni instituciones que necesitaran trabajadores
y por lo tanto no podían cubrir sus necesidades básicas.
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