En el año 1976, el Laico
Wenceslao Pedernera, fue asesinado en su propia casa, en Sañogasta, departamento
Chilecito: Campesino que estudió hasta tercer grado, obrero golondrina en los
viñedos de Mendoza, organizador del movimiento rural católico, colaborador del
obispo Enrique Angelelli. Pedernera fue asesinado por cuatro encapuchados en su
casa de Sañogasta el 25 de julio de 1976. Le pegaron veinte balazos delante de
su mujer, Coca, y sus hijas María Rosa, Susana y Estela.
Wenceslao Pedernera nació el 28
de septiembre de 1936 en Los Jagüeles, La Calera, provincia de San Luis. Tuvo
dos hermanos y una hermana. Se cruzó en la vida de "Coca" cuando él
tenía 25 años, en Mendoza, adonde llegó junto con otro grupo de trabajadores
que se dedicaban a enmaderar las viñas. El padre de "Coca" por ese
entonces estaba a cargo de 22 hectáreas que pertenecían a un italiano de
apellido Gargantini propietario también de numerosos viñedos.
Coca y Wenceslao se conocieron en
junio de 1961 y debido a que el padre de ella no autorizaba el noviazgo,
deciden casarse el 24 de marzo de 1962, en Mendoza, en la iglesia San Isidro
Labrador, ubicada en Rivadavia, al este de Mendoza.
LA FAMILIA LLEGA A LA RIOJA
En junio del 73 Wenceslao, Coca y
las tres hijas de ambos, llegaron finalmente a La Rioja, para instalarse en
Anguinán donde Wenceslao realizaba trabajos para una finca. Luego se
trasladaron a Sañogasta y de ahí a la parcela "La Buena Estrella" que
compartieron con los sacerdotes Sifré, Di Marco y Gonzalo Llorente. "De la
parcela nos volvimos porque yo no aguante más, nos levantábamos a las cinco de
la mañana y era muy sacrificado estar lejos trabajando. Yo en Anguinán había
visto una pobreza muy grande con casitas hechas de cartón y cortinas de género.
Se me paralizó la mitad del cuerpo cuando me choqué con eso porque yo había
vivido y sufrido la pobreza de cerca, cuando fui niña".
"Una francesa que se llamaba
Magdalena había comprado 221 hectáreas en Sañogasta y quería formar una
cooperativa de trabajadores. Algunos aceptaron porque les pagaban, otros no
aceptaron porque leíamos el evangelio los fines de semana y después nos
reuníamos a comentar y opinar sobre lo que habíamos leído, por eso nos tomaron
por comunistas y extremistas porque no habían visto nunca que se hiciera eso.
Otros en cambio siguieron con
nosotros, nos acompañaron bien, se nos vendía el agua de riego, pero después
eso quedó en la nada".
"Trabajando en la
cooperativa que se estaba formando es cuando fallece Wenceslao, se dispersó
todo entonces. Yo me fui a Mendoza con mis hijas y cuando volví, despues de
algunos meses, había perdido todo. Por las lluvias se inundó toda la casa, no
me quedó nada".
ASÍ NADA MÁS
La madrugada del 25 de julio de
1976 cuando la familia Pedernera dormía golpearon la puerta y Wenceslao se
levantó a abrirles a quienes ahí mismo le dispararon.
"Que me fuera a Mendoza con
las chicas, que no volviera nunca más a La Rioja y que no ponga nunca más un
pie en esta casa, fue lo último que me dijo", recordó Coca y finalizó la
frase lamentándose de que "fue algo que jamás pude hacer porque no conseguí
donde irme en Mendoza".
De esa noche siguió recordando:
"junto con un vecino que me ayudó cargamos a Wenceslao y mis hijas en una
camioneta y así llegamos al hospital de Chilecito que estaba rodeada de
policías y gendarmería. Mientras a él lo atienden a mi me encierran en una
pieza para tomarme declaración pero nunca me dijeron quiénes eran. Mis hijas
estaban detenidas en otra pieza, Gendarmería y policías por todos lados. Cuando
les cuento qué había pasado me dijeron `nosotros buscábamos al cura Andrés y al
cura Paco` (en refrencia a Paco Dalterochi y Andrés Serieye, sacerdotes
franceses). "Me dijeron eso, así nada más, fríamente", recordó.
Así nada más nacía el recuerdo de
Wenceslao Pedernera, un hombre que era de poco hablar pero de mucho trabajar,
apasionado por las labores de la tierra y por brindar sus servicios a quien
pidiera.
También en esta causa los
principales implicados son Luciano Benjamín Menéndez y Osvaldo Pérez Bataglia,
que coordinaban la represión ilegal en La Rioja.
Wenceslao Pedernera, fue obrero
golondrina en los viñedos de Mendoza y organizador del Movimiento Rural
Católico. Atraído por la pastoral del obispo Enrique Angelelli, llegó a La
Rioja.
1862 - El gobierno riojano, como consecuencia de la firma del tratado de
La Banderita dispone que los ciudadanos en armas entreguen las mismas bajo
supervisión de Peñaloza. En capital e interior debían entregar las armas so
pena de no recibir los beneficios de la paz firmada. Peñaloza podría retener
sus armas y las de sus seguidores de la Costa Alta de los Llanos, debiendo
elevar un estado detallado de las armas al gobierno. Los efectos del tratado
de, La Banderita fueron efímeros, pues ninguna de las partes respetó su
espíritu y antes por el contrario la desconfianza mutua y las mil
transgresiones a sus artículos hicieron que a poco andar el estado de guerra
civil continuara con toda virulencia. (MBT)
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