Los orígenes de la fecha hallan
sus raíces en la fuerte presencia de la religión católica en el desarrollo
prístino de la profesión en el país, aunque en la actualidad la conmemoración
del Día del Asistente Social ha devenido en un espacio para discutir al
interior de la disciplina, y en relación con el conjunto de la sociedad
argentina, las nuevas orientaciones para los profesionales que la integran.
El Día del Asistente Social fue
establecido oficialmente en 1961, aunque los antecedentes de celebraciones
anuales en honor a estos profesionales se remontan a algunos años antes. En ese
año, durante las II Jornadas Nacionales de Servicio Social, se tomó la
resolución de unificar la conmemoración a nivel nacional, eligiendo el día 2 de
julio para tales fines.
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