1856 - Se daba a conocer los
ingresos y egresos de la administración pública. Los mismos ascendían a la suma
de 13.341 pesos. El déficit era de 2.674 y la totalidad de los egresos era para
pagar los sueldos de los burócratas de entonces. Ni un peso para educación y
obras públicas. La Rioja padeció a lo largo de toda su historia de esta crónica
falencia, pues desde los tiempos mismos de la fundación los cabildantes
riojanos contaban al Rey de España de los muchos pesares y labores que debían
realizar para que la ciudad siguiera viviendo. Pero siempre fue escasa la
generosidad de la nación con las arcas riojanas pues sus gobernadores en todos
los tiempos debieron viajar continuamente al puerto para obtener todo tipo de
fondos. Esta viñeta así lo demuestra con creces.
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