1895 - Nace en La Rioja Dardo
de la Vega Díaz. Se gradúa de maestro y luego en Buenos Aires de profesor
Normal de Letras. Se dedica a la docencia y a la investigación histórica. Es
autor de “La Fundación de la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja”, de
“Estatuas sin hombres y hombres sin estatuas”, de “Toponimia Riojana”, “Cuestiones
de Historia menuda”, “Mitre y el Chacho” y del capítulo correspondiente a La
Rioja en la monumental Historia de la Argentina de la Academia Nacional de la
Historia. Fue fundador y presidente de la Junta de Historia y Letras de La
Rioja. Perteneció a los más importantes organismos culturales y dedicados a la
historia del país y del extranjero. Conferencista de nota pero fundamentalmente
docente y maestro de juventud. Fue rector del Colegio Nacional de La Rioja.
Falleció el 30 de agosto de 1951. Fue el más grande historiador riojano. Bien
se puede calificar a de la Vega como el padre de la historiografía científica
riojana, pues aplicó con equilibrio y equidad las reglas de la ciencia
histórica sin dejarse llevar ni por la excesiva critica ni por el excesivo
apasionamiento. Su libro póstumo “La Rioja heroica” basado en hechos y
personajes de la historia riojana en forma de crónicas breves es sin duda uno
de los más bellos y elaborados textos de la época. Sus libros si bien han
pasado más de medio siglo de existencia siguen siendo referentes
imprescindibles a la hora de conocer nuestro pasado.
1826 - Fallece en La Rioja,
donde había nacido en 1768 Domingo Ortiz de Ocampo que encarna en sus acciones
la participación de La Rioja en la revolución de mayo. En los años finales del
virreynato había sido nombrado subdelegado de la Real Hacienda y Guerra de La
Rioja y luego de la revolución de 1810 será nombrado Comandante de Armas
interino de La Rioja por el gobernador de Córdoba, siendo aceptado por la Junta
Gubernativa. Colaborará desde La Rioja con San Martín poniendo en armas La
Rioja y Catamarca y enviará a Belgrano medio millar de soldados que colaboraron
con su sangre en el triunfo de Tucumán ante las fuerzas de Pío Tristán. Sin
grandes hechos heroicos pero con seguridad y patriotismo, Domingo Ortiz de
Ocampo se ganó un justo lugar en la consideración de la historia riojana. Mucha parte del éxito de su carrera como
militar, se debió al profundo conocimiento que como comerciante tenía de la
realidad del país y él en su momento mostrando su mejor faceta humana se
opondría al fusilamiento de Liniers y compañeros en Cabeza de Tigre. Es sin
duda referente obligado de esos tiempos revueltos en los que muchos fueron
riojanos cumpliendo labores de responsabilidad y riesgo.
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