1870 - Como heredero del real
patronato, el gobierno riojano decretaba "siendo conveniente - se decía -
a los intereses de la provincia proteger la construcción y reparación de
templos consagrados al culto de nuestra santa religión con la partida a este objeto
consignada en el presupuesto general del presente año, asignaba la cantidad de
100 pesos para la construcción de templos en Jagüé, Villa San José, Cerrito
Negro, Villa Guandacol y Mazán. Y 100 pesos para la reparación de los templos
de Villa San BIas, Machigasta y Villa San Martín. Como se estilaba el juez de
paz controlaría estos gastos. Las relaciones entre la Iglesia y el estado se
mantendrían en el mejor de los mundos hasta que este, tanto en la nación como
en la provincia, iniciará las reformas laicas. ¡¡¡Ahí ardió Troya!!!
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