1875 - Por ley N° 267
los diputados hacían un merecido reconocimiento a un humilde maestro. Veamos:
"Acuérdese de las rentas generales de la provincia al ciudadano don
Patricio del Sacramento, la pensión graciable de 30 pesos bolivianos mensuales,
por toda su vida, por los servicios prestados gratuitamente por muchos años
como maestro de escuela a la juventud de esta ciudad". La pensión
comenzaría a cobrarla a partir del 1 de septiembre de ese año. Don Patricio del
Sacramento fue por muchos años el único maestro que tuvo la ciudad y de él se
refieren con cariño todos los que cronicaron ese tiempo. Muchos de los que le
otorgaron la pensión habrán sido, sin duda, sus alumnos. Un pizarrón de suela,
unas pizarras para los niños y una entrega total a su tarea. Una escuela en la
capital lleva su nombre en su homenaje.
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