Sector que, por otro lado, es fuente constante de innovación y experimentación
en materia de tecnología fierrera.
De todos modos, el origen de la industria de la maquinaria agrícola en el
país se ubica mucho antes de aquel decreto presidencial. En gran medida,
coincide con la capacidad adaptativa que mostraron los colonos inmigrantes que
protagonizaron la revolución agrícola de fines del siglo XIX.
Fue precisamente en Esperanza, primera colonia agrícola estable del país,
cuando en 1878 Nicolás Schneider comenzó la fabricación de los primeros arados.
A partir de esos años se fueron sucediendo distintos emprendimientos en
regiones del país que hoy concentran los polos de producción de maquinaria
agrícola: centro sur de Santa Fe y Córdoba, y noroeste de Buenos Aire.
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