DIA NACIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NACIONAL ARGENTINO
DIA NACIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NACIONAL ARGENTINO
En 1990 el Poder Ejecutivo Nacional, mediante el Decreto N° 2.033, declaraba al 8 de octubre como día del Patrimonio Natural y Cultural Argentino. Hecho que fue imitado años más tarde por los equipos técnicos y ministros de cultura del MERCOSUR, quienes en sus habituales reuniones establecieron al 17 de setiembre como Día del Patrimonio Cultural de los países miembro.
Un tema como el del patrimonio cultural puede estar muy claro para quienes se acercan, ya sea en su carácter de especialistas o como aficionados que se interesan por él. Sin embargo, a veces, puede resultar un poco difuso para mucha gente. Justamente puede resultar difuso el criterio para definir cómo se efectúa la valoración de si se trata, o no, de bienes patrimoniales.
Para eso se debe analizar primero el grado de significación que éstos bienes tengan en valores históricos, sociales y testimoniales; artísticos, arquitectónicos o de significación urbana, paisajísticos o ambientales. Y estos valores, además, deben ser dimensionados en función de la escala del entorno en que se insertan, partiendo de la escala familiar, barrial, urbana, regional y nacional.
Los hogares están repletos de elementos patrimoniales que, probablemente, sólo tienen valor para alguno de los miembros de la familia. Otros elementos pueden aportar datos de estudio a los especialistas: fotografías, documentos, revistas, diarios, publicidades, objetos. Ese patrimonio íntimo, de "entre casa", es lo que da sustento al "armado" de la historia familiar.
En la acción de "reconocimiento" del patrimonio, intervienen "lo objetivo" y "lo subjetivo". Esas vivencias a las que hemos hecho referencia en la escala familiar y barrial, se multiplican al ocuparnos del patrimonio cultural de una ciudad y obviamente de una provincia, o un país.
Y este acercamiento al tema está siendo comprendido en toda la amplitud del término: no sólo se tienen en cuenta los objetos tangibles (edificios, documentos, obras de arte, etc.); sino que, cada vez más, se orienta el trabajo hacia la conservación del patrimonio intangible: tradiciones, historias y relatos de transmisión oral, recetas familiares conservadas de generación en generación y medicinas caseras, entre tantas otras riquezas.
Si bien en los últimos años se ha avanzado en este sentido, queda mucho por hacer, siendo de fundamental importancia la difusión y el conocimiento de los temas relacionados con el patrimonio, el diseño e implementación de políticas tendientes a preservar y acrecentar el acervo cultural, salvaguardando, además, artes y oficios que permitan la conservación de ese patrimonio. Realizar tareas de registro, que estén al alcance de todos los ciudadanos y no queden reservadas únicamente en los ámbitos académicos. Promover la investigación, no sólo de los especialistas, sino de "gente común" que se interese por reconstruir una memoria, su memoria, que, en definitiva, forma parte de la historia de todos.Fuente: Arq. Cristina Galetti,
Un tema como el del patrimonio cultural puede estar muy claro para quienes se acercan, ya sea en su carácter de especialistas o como aficionados que se interesan por él. Sin embargo, a veces, puede resultar un poco difuso para mucha gente. Justamente puede resultar difuso el criterio para definir cómo se efectúa la valoración de si se trata, o no, de bienes patrimoniales.
Para eso se debe analizar primero el grado de significación que éstos bienes tengan en valores históricos, sociales y testimoniales; artísticos, arquitectónicos o de significación urbana, paisajísticos o ambientales. Y estos valores, además, deben ser dimensionados en función de la escala del entorno en que se insertan, partiendo de la escala familiar, barrial, urbana, regional y nacional.
Los hogares están repletos de elementos patrimoniales que, probablemente, sólo tienen valor para alguno de los miembros de la familia. Otros elementos pueden aportar datos de estudio a los especialistas: fotografías, documentos, revistas, diarios, publicidades, objetos. Ese patrimonio íntimo, de "entre casa", es lo que da sustento al "armado" de la historia familiar.
En la acción de "reconocimiento" del patrimonio, intervienen "lo objetivo" y "lo subjetivo". Esas vivencias a las que hemos hecho referencia en la escala familiar y barrial, se multiplican al ocuparnos del patrimonio cultural de una ciudad y obviamente de una provincia, o un país.
Y este acercamiento al tema está siendo comprendido en toda la amplitud del término: no sólo se tienen en cuenta los objetos tangibles (edificios, documentos, obras de arte, etc.); sino que, cada vez más, se orienta el trabajo hacia la conservación del patrimonio intangible: tradiciones, historias y relatos de transmisión oral, recetas familiares conservadas de generación en generación y medicinas caseras, entre tantas otras riquezas.
Si bien en los últimos años se ha avanzado en este sentido, queda mucho por hacer, siendo de fundamental importancia la difusión y el conocimiento de los temas relacionados con el patrimonio, el diseño e implementación de políticas tendientes a preservar y acrecentar el acervo cultural, salvaguardando, además, artes y oficios que permitan la conservación de ese patrimonio. Realizar tareas de registro, que estén al alcance de todos los ciudadanos y no queden reservadas únicamente en los ámbitos académicos. Promover la investigación, no sólo de los especialistas, sino de "gente común" que se interese por reconstruir una memoria, su memoria, que, en definitiva, forma parte de la historia de todos.Fuente: Arq. Cristina Galetti,
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