El 26 de Abril del año 1970 muere Arturo Marasso en
Buenos Aires. Notable humanista, poeta. Tenía 79 años.
Arturo Marasso nació en Chilecito el día 18 de
agosto de 1890, y fueron sus padres Don Francisco Marasso Rocca, destacado
profesor de piano, y Doña Clementina Porto. Nació en la casa paterna ubicada e
la esquina de las calles El Maestro y Castro Bazán, justo enfrente de la
Estación de Servicio YPF, y en diagonal con la Plaza céntrica, donde vivía con
sus padres y hermanos”.
Fue la Naturaleza quien nutrió inicialmente su
insaciable deseo por conocer y aprender. El agua, el cielo de la noche junto a
las constelaciones de estrellas, y la luna chileciteña colgada en los bordes
del Portezuelo, fueron sus fuentes de inspiración y quienes rebelaron al niño
su ubicación en el cosmos”.
Ese niño así asombrado por la Naturaleza, que
llevaba en el alma la simiente de los iniciados, concurrió en Chilecito, a los
pocos y distintos grados de la escuela primaria, en la Escuela Graduada
Superior de Varones, y su primer maestro fue Don Belisario Lobos. Fue asiduo
concurrente a la Biblioteca Pública creada por el Dr. Joaquín V. González, y
aparece allí como en la Es cuela y su hogar, la irresistible pasión por los
libros y la ansiedad continua de la lectura.
Para continuar los estudios, viajó acompañado por su
madre a la ciudad de La Rioja, pero allí su experiencia escolar fue muy triste,
y mientras otros niños reían y jugaban, Marasso buscaba los tesoros de la
indagación humana en sus continuas lecturas en Bibliotecas también creadas por
el Dr. González. Sufrió con alguno de sus maestros cuando decía que había
plagiado la composición fruto del trabajo de toda una noche sin dormir para
realizar la tarea”.
Al terminar sus estudios, dado que La Rioja tenía
cerrada su Escuela Normal de Varones, y que el Gobierno provincial otorgaba
becas a jóvenes de menores recursos interesados en continuar la carrera de
Maestros en la Escuela Normal de Catamarca, partió hacia allí en 1907, a la
edad de 16 años. Movido por un insaciable deseo de conocimientos se aplicó
ejemplarmente al estudio, y su nombre tomó prestigio en la Escuela. Colaboró
con diarios y revistas, y mientras completa el Magisterio, realiza cada vez
nuevas y mayores lecturas.
En 1907, conoció en Catamarca, caminando por sus
calles envuelto en la llamarada de sus versos, a una joven catamarqueña de 14
años, Berta Gómez, quien serpia su esposa y compañera. A fines de 110, a la
edad de 20 años, obtuvo su título de Maestro Normal Nacional.
En mayo de 1911, con el dinero abonado por el
periódico El Debate en donde colaboraba literariamente, decidió tentar suerte
en la desconocida Buenos Aires. Quería ser Maestro de Escuela, y quería ser
Poeta. En ese año publicó su primer volumen de versos Bajo los Astros que lo
consagraría como delicado y sensitivo poeta. Allí conoció a grandes como Rubén
Darío, Leopoldo Lugones, y otros. También, conoció allí al Dr. Joaquín V.
González, quien lo acogió con amparo, lo estimuló y lo aplaudió. En 1915,
González lo llevó a La Plata y lo designó Profesor en la Facultad de
Humanidades. En 1916 es designado Profesor de Literatura en la Escuela Normal
de Profesores Mariano Acosta. Inició así en Buenos Aires su dilatada carrera
docente y sus publicaciones poéticas.
El 15 de agosto de 1914 contrajo matrimonio con
Berta Gómez y fueron a residir en Buenos Aires, donde nacieron y crecieron sus
cuatro hijas. En 1915 publicó los versos de La Canción Olvidada, en 1918
Presentimientos, en 1921 Paisajes y Elegías, en 1924 Poemas y Coloquios (obra
premiada), todas ellas firmadas como Arturo Marasso Rocca. Desde entonces, en
las nuevas obras que publicara, suprimió el segundo apellido Rocca. En 1924
publicó Retornos, y en 1931 Melampo, el más grande y original de sus libros de
poesía.
No se mencionan durante estos años muchas obras
suyas de profundo estudio e investigación como Rubén Darío y su creación
poética (obra premiada), y así Marasso realiza su destino y se consagra no solo
como poeta sino como erudito e investigador en Buenos Aires.
En el año 1944 se jubiló después de más de 30 años
de docencia, y la Universidad lo distingue como miembro Honorario de la
Universidad Nacional de La Plata con Diploma de Doctor Honoris Causa, en mérito
a su vasta obra literaria y su valiosa labor educacional. Po esa época, recibe
el reconocimiento de la Real Academia Española al designarlo como Miembro
Correspondiente por sus estudios e investigaciones sobre Miguel de Cervantes Saavedra,
autor del Don Quijote.
Con la enfermedad de su esposa Berta y el de una
hija, sumado a la muerte de su madre y de su hermano Francisco, la pródiga
estrella que había iluminado su hogar comenzó a opacarse, y vinieron los años
duros en que debió vender muchos de los libros de su amplia y calificada
Biblioteca para remediar así necesidades apremiantes. En 1946 publicó La Mirada
en el Tiempo, y Joaquín V. González, obras en prosa, y en 1949 La Rama intacta
(poesía).
En ese año fallece su mujer, y meses después publicó
El Libro de Berta, obra con páginas de intimidad y emoción escritas bajo el
efecto de un profundo dolor por el fallecimiento de su esposa”.
En sus últimos años, publicó Antología Poética
(1951), Antología de la Poesía Lírica Española (1953), Poemas de Integración
(1963), todos ellos de poesía, y Joyas de las Islas (1961), en prosa.
En el año 1965, Marasso recibió el Gran Premio de
Honor de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), por su destacada labor en
todos los campos de la literatura: Poesía, ensayo y crítica literaria.
El ilustre Maestro , Sabio y Poeta Arturo Marasso
fallece en Buenos Aires el día 26 de abril de 1970, a la edad de 79 años, y sus
restos mortales son sepultados en el Cementerio de La Recoleta, en Buenos Aires.
En 1982 sus restos fueron trasladados al Cementerio
Municipal de Chilecito, junto a los de Berta Gómez, donde permanecen ambos en
el sitio privilegiado, al lado del eminente Dr. Joaquín V. González.
El día 18 de agosto de 1984, con motivo de un
aniversario más de su natalicio, y en su homenaje, se publicó el Primer Tomo de
las Obras Completas de Arturo Marasso, incluyendo sus cuatro primeros
Poemarios. Han pasado 16 años desde entonces, y se esperan todavía los demás
volúmenes que integran la edición de las Obras Completas.
En la Escuela Normal alzamos su bandera de enseñar
con amor la verdad y la belleza, despertando así la fe y la alegría en el alma
de los niños y los jóvenes.
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