1868 - El gobernador interino
Nicolás Barros, al reasumir su cargo luego de la asonada del 18 de agosto por
parte de las fuerzas varelistas que lo obligaron a huir, dirige al general
Octaviano Navarro, subinspector encargado de la pacificación de la provincia,
una nota: "Me encuentro en esta ciudad en actitud de continuar en el
desempeño del cargo y al que tuve que abandonar por la presencia en esta de la
montonera encabezada por Elizondo. Desconociendo como desconozco todos los
actos que durante mi ausencia han dimanado de la montonera, que la motivaron,
lo aviso a Usted a fin de que no les reconozca a las autoridades creadas por la
rebelión en otro carácter que de sediciosos y traidores a la patria". Las
cosas volvían a la normalidad mitrista.
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