La Constelación de la Cruz del Sur
La "chacana" o cruz andina es un símbolo
recurrente en las culturas originarias de los Andes. Su forma es la de una cruz
cuadrada y escalonada, con doce puntas.
El símbolo en sí, es una referencia al Sol y la Cruz del
Sur, aunque su forma, que sugiere una pirámide con escaleras a los cuatro
costados y centro circular, poseería también un significado más elevado, en el
sentido de señalar la unión entre lo bajo y lo alto, la tierra y el sol, el hombre
y lo superior. Chakana, se comprende ya no sólo como un concepto arquitectónico
o geométrico, sino que toma el significado de "escalera hacia lo más
elevado".
Se han encontrado chacanas en diversas obras de
arquitectura, petroglifos, tejidos, cerámicas y esculturas en Paracas, en el
departamento de Ica, en Chavín al norte peruano e incluso en Tiahuanaco, en el
altiplano de Bolivia. Se han encontrado también chakanas en Ecuador, Argentina
y Chile, pues fueron parte del Imperio inca.
De hecho, un templo del Arcaico Tardío en el norte peruano,
en el Complejo Arqueológico de Ventarrón, distrito de Pomalca, en Lambayeque
posee la forma de chacana más antigua encontrada hasta hoy. El templo tiene una
antigüedad aún no exactamente determinada, pero que sería de entre 4000 a 5000
años.
De hecho, la chakana no es una forma encontrada al azar,
sino que se trata de una forma geométrica resultante de la observación
astronómica. Los antiguos hombres "llevaron el cielo a la tierra" y
lo representaron con este símbolo que encierra componentes contrapuestos que
explican una visión del universo, siendo de esta manera representados lo
masculino y lo femenino, el cielo y la tierra, el arriba y el abajo, energía y
materia, tiempo y espacio. La forma de la chakana encierra en su geometría el
concepto de Número Pi y el número real veintisiete.
Muchas de las formas típicas utilizadas por artesanos
andinos encierran las relaciones geométricas marcadas por la chacana.
La elección de la cifra de suyos ('costado' en quechua) o
regiones del Imperio, así como la definición dual de Hanan y Hurin ( Por
ejemplo en Hanan Cuzco y Hurin Cuzco) estarían también basadas en las
observaciones astronómicas simbolizadas en la chacana, estos cálculos fueron
usados también como base para el diseño arquitectónico y de caminos.
El Qhapaq Ñan, Camino del Inca o Camino del Señor, eje
central del sistema vial del Imperio Inca, es consistente también con la
geometría de la chacana. Este camino marca una línea que atraviesa diversas
ciudades del imperio incaico como Cajamarca, Cuzco, Tiahuanaco, Oruo y Potosí.
Esta línea puede ser calculada tomando como centro a la ciudad del Cuzco,
ombligo del mundo, según la concepción inca.
La chacana indica también las cuatro estaciones del año y
los tiempos de siembra y cosecha. Algunos pueblos andinos celebran el día 3 de
mayo como el día de la chacana, porque en este día, la Cruz del Sur asume la
forma astronómica de una cruz perfecta y es señal del tiempo de cosecha. La
cruz del sur era venerada por antiguos habitantes del Perú y, hasta hoy se
mantiene la tradición de proteger los cultivos marcando el área cultivada con
diversas chakanas. Este símbolo no tiene nada que ver con la cruz cristiana.
La constelación de la Chakana (Cruz del Sur) está formado
por un grupo de estrellas muy luminosas, es la constelación madre para los
pueblos autóctonos del horizonte andino.
“Chakana” se interpreta como puente, cruce o acto de cruzar.
La mejor época para observar su dimensionalidad es en el momento de su cenit,
es decir cuando la tenemos justo en encima de nosotros con las estrellas-madres
perfectamente alineadas, esto ocurre en la primera semana del mes de mayo en el
mundo andino. Para las tradiciones ancestrales el conocimiento cosmogónico
concentra desde milenios una importancia vital que marca el orden, la
orientación y la exacta medida para las exactas decisiones en el mundo andino,
decisiones que podrían influir en los procesos de producción agrícola, la
celebración de ceremonias religiosas, construcción de ciudades o caminos y la
toma de decisiones importantes.
Las culturas emergentes en el territorio andino
representaron a la chakana con innumerables grabados, tallados en piedra
(geoglifos), en construcción de monumentos, tejidos, cerámicas, ornamentos,
huacos y símbolos. El símbolo más característico de la representación de la
constelación es la “Cruz Escalonada Andina”, que por extensión recibe el nombre
–igualmente- de chakana.
El simbolo de la chakana es central en la expresión
ritual de los pueblos andinos y se encuentra presente en todas las
manifestaciones ceremoniales sagradas aún en nuestros días.
La obtención de la cruz escalonada es una muestra de
geometría sagrada que reune mucho misticismo y valor ritual. Las cuatro
direcciones de los cuadrados menores apuntan a las cuatro direcciones del
Tawantinsuyo. Los Incas emplearon mucho esfuerzo para rendir una especial
atención a la astronomía, mediante los uhsnus o wacas, que eran puntos de
observación ubicados en cimas de apus o en espacios abiertos en donde el cielo
despejado permite apreciar mejor el firmamento.
La chakana es un simbolo sagrado de poder que sintetiza
milenios de conocimiento ancestral, para la cultura andina posee una fuerza
energética que crea, centra, abre, despeja, da convergencia, sentido, orden y
procedencia al pensamiento, cosmovisión e idiosincracia andina. Arnaldo Quispe
La Chakana es un símbolo Inca, representado por una cruz
andina, formada por cuatro escalones de tres peldaños, superiores y externos y
dos inferiores e internos, los externos superiores corresponden al mundo
“ideal”, la escalera derecha comprende la teoría cosmogónica, la escalera
izquierda explican la teoría de los tres mundos.
Los escalones inferiores e internos corresponden al mundo
“real”, los escalones izquierdos comprenden la norma de conducta y los
principios básicos de la relación humana, los escalones derechos significan el
orden jerárquico inalterable de la relación política, social y religiosa.
En el lado superior derecho, al que llamaremos “Paccarec”
o”nacimiento”, está el primer escalón de tres niveles que explica la concepción
del Universo. Para los Incas, el supremo creador de todas las cosas es, ILLA
TECSE WIRACOCHA PACHAYACHACHIC, y para él, está reservado el primer escalón, es
el Dios creador del cielo y la tierra, es el Señor Omnipotente, que dejó caer en
su “chuspa” todo el Universo.
El Sol ocupa el segundo escalón, dios vivo y cotidiano que
premia y castiga en forma directa, es el dios de la naturaleza y el hombre,
dispone las obligaciones y da tiempo para la siembra y la cosecha, para las
fiestas y el amor y también para la muerte. El tercer escalón es de los
“Mallquis”, dioses tutelares, propios de cada individuo, son las “Huacas” y
“Apus”, ríos, cerros y árboles – son los dioses de donde surge la vida, son
origen de los “ayllus” y los “runas”.
El lado superior izquierdo, al que llamaremos “Puriy”,
explica le teoría de las tres vidas o los tres mundos. El “Hanan Pacha”, es
“antes de la vida” y ocupa el primer peldaño correspondiente al ”alto mundo”,
en este lugar viven los dioses tutelares, los “Apus”, en este primer mundo
pleno de mitología, conviven como seres animados, con hambre, sed y deseos, los
cerros, ríos y piedras, junto a árboles, animales y fenómenos naturales, son
los dioses endinos que pueblan un universo mágico, real y conciente, a este
mundo de ensueño también acceden, los hombres andinos luego de su muerte,
convertidos en parte de su progenitor y perviven engendrando vidas nuevas. “Kai
Pacha” o “esta vida”, transcurre desde el nacimiento, hasta le muerte, es una
existencia ordenada y predeterminada, los quechuas, no tenían un signo
fatalista, creen que al venir al mundo tienen que cumplir un rol asignado,
dentro del orden y armonía en el que se desenvuelve la sociedad Inca. “Uju
Pacha” o “después de la vida” creen que el hombre al morir, se va en cuerpo y
alma a integrarse a la naturaleza, vuelven a su “Paccarina” enterrados debajo
de los árboles, en las andenerías, sirviendo de alimento a las plantas que
nutren la vida del hombre andino.
En el lado inferior izquierdo, al que llamaremos
”Kausanapac” o regla de conducta, está el tercer escalón de tres niveles, que
bajan internamente significando la vida corporal, son la regla básica de la
ética y la moral. Ocupa el primer escalón, la honestidad “Ama Llulla”, la
honestidad estaba aplicada desde el cumplimiento de los ayunos y penitencias,
hasta el convencimiento de la honestidad ajena, existía un trato franco en el
que era inconcebible, un abuso de confianza, una desatención o un acto grosero.
El segundo nivel corresponde a la honradez “Azua Sua”, es la norma de conducta
para con la comunidad, la honradez en el tiempo de los Incas, también
significaba no cometer yerros en contra de los demás ni de sus intereses, la
honradez no se limitaba a las posesiones materiales, sino, abarcaba todo género
de interrelación social, compartiendo con los demás trabajo y obligaciones. El
tercer nivel del lado izquierdo del mundo real, lo ocupa la norma “Ama Quella”
que significa “laboriosidad, trabajo conciente y constante, en pos del
engrandecimiento del Imperio, que redunda en mayor alimento y trabajo y fiestas
para todo el pueblo, significa la obligación de producir, para compartir,
colaborar para adquirir, significa participar en común, hacer Ayni, en la tarea
de engrandecer el Tahuantinsuyo.
El último escalón, corresponde al mundo real, inferior e
interno que se denomina “Yuyaypac” o “inalterabilidad”, el primer escalón lo
ocupan las tierras del Sol, significando así, la sacralidad del trabajo, estas
tierras eran una poderosa fuerza económica, los bienes que se obtenían de ellas
servían para el sustento de 6000 sacerdotes solares, para el culto de las
“Huacas” y para las celebraciones. El segundo nivel, lo ocupan las tierras del
Inca, que eran las de mayor extensión y ubicadas en los mejores suelos. El
trabajo de estas tierras, producía ingentes recursos alimenticios, de vestido,
utensilios, herramientas, armas, etc. que eran destinados a retribuir el
servicio que prestaba el pueblo a favor del Imperio, esta producción se
utilizaba para alimentar a las poblaciones que cada año se anexaban, era además
un recurso para auxiliar a las poblaciones afectadas por fenómenos naturales.
El Tercer peldaño, estaba ocupado por las “tierras del Pueblo, que cada año se
extendían más y requerían trabajadores que la hagan producir, las tierras del
pueblo eran el recurso para el sustento de la población, era distribuido con
generosidad y utilizado para servir al pueblo durante las grandes fiestas,
estas tierras le proporcionaban al pueblo, vivienda, vestido, alimento y
familia. Tomado de Carlos Candia Muriel “Wanchu”. Cuadernos Andinos
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